Ya sabemos que aunque nos cuesta admitirlo el invierno está a la vuelta de esquina. Nos gusta el buen tiempo y las vacaciones, pero el final del verano se acerca aunque tratemos de alejarlo todos los días, pero la moda se encarga de recordarnos que los abrigos están ahí, ansiosos por ver caer la primera hoja y hacer su entrada triunfal.
La firma H&M se convierte en el centro de atención en pleno mes de julio gracias a una colección que por supuesto no pasa desapercibida y es que la cadena sueca apuesta por un invierno arriesgado, donde la exuberancia se reproduce en estampados, composiciones y materiales.
Una colección que representa la sofisticación para H&M, con combinaciones de prendas y textiles que resultan positivas y un gran acierto. Chaquetas de punto oversize con cinturones y faldas peplum y alguna que otra bomber. Nos parece que no hay novedad en cuanto a diseño pero una reconstrucción de lo que fue el invierno pasado que, a través de los total looks consiguen efectos grandiosos.
En cuanto a tonalidades y colores los que destacan en esta colección, es el mostaza, el vino y el verde bosque sobre los ya clásicos y tradicionales negro y blanco que continúan en esta temporada.
Los modelos protagonistas de esta muestra son los que tienen incrustaciones en pedrería sobre fondo negro y, por supuesto, el brillo que nunca pasa de moda y que la marca apuesta para aquellas que se atreven a todo y más. Así que el frío parece interesante y no pasa desapercibido en cuanto vean esta nueva colección que presenta la marca sueca.