Corría el verano de 1997, cuando conocí a Cécile Simorre en París. Cécile, una mujer de raíces argentinas y nacida en Francia, fue una de las primeras personas que tuve la fortuna de conocer en esa etapa de mi vida en Francia, una fascinante aventura.
Nos presentó una amiga en común y en cuanto empezamos a charlar tuvimos una magia latina y un encuentro de almas hermanas que forjó una amistad, que ni el paso de los años ni la distancia ha separado, por el contrario, nos ha unido y fortalecido para siempre. De ella he aprendido una de sus más grandes pasiones: el habano.
La historia de mi querida amiga Cécile con el habano, inicia cuando por azahares del destino, la Universidad en la cual estudiaba en París, la envía a La Habana, Cuba, a desarrollar un proyecto empresarial allá por el año 1996. Fue allí donde descubrió una fascinante historia tanto de la isla, como de su gente, su música cautivante y el placer de fumar un habano.
Cécile fue descubriendo esta pasión poco a poco, con grandes momentos. Allá por esos años tuvo la oportunidad de visitar las fábricas de La Habana y de recorrer la región de Pinar del Río, lo que la hizo iniciarse en este placer indescriptible en la mismísima Cuba.
Ella no ha dejado esta gran delicia, por el contrario sigue experimentando, perfeccionando su olfato y su paladar, aprendiendo a diferenciar e identificar los sabores imperceptibles del habano.
En el año 2009, esta mujer franco-argentina, decide juntar un grupo de amigos aficionados al habano para compartir este placer. Estos amigos no se conocían entre ellos, pero tenían todos algo en común, el habano. Esa primera velada fue magnífica, y ahí nació el “Clubito”.
En esa velada se encontraban presentes, nuestra querida Cécile Simorre, la Presidenta y fundadora del Clubito, Alfred Madhavy, Maurice Hadida, Vincent Bronner y Carlos Schmerkin. Con el paso de los años, se unieron al Clubito Carlos Joly y Patrick Huard.
Bimestralmente se junta este grupo en un lugar especial elegido por uno de sus miembros. Como siempre son excelentes restaurantes parisinos, especiales para fumadores de habanos, como el restaurante Le Boudoir, o Le 8, o L’Atelier Berger y le Gourmard, entre otros.
Maurice, es el encargado de seleccionar los puros que van a fumar esa noche, los cuales muchas veces provienen de su exclusiva cava personal. Se trata de habanos de la más alta calidad, seleccionados con cuidado, añejados, es decir únicos.
Para el año 2010, en una de las acostumbradas cenas, surge la idea de viajar a Cuba cuna del Habano. Finalmente, se concretó en 2011 cuando en una noche de verano parisino, los miembros del Clubito, se juntaron en la terraza de Cécile, reconocida por tener una magnífica vista a la Torre Eiffel, icono de Paris, se decidió viajar a Cuba para febrero de 2012, con motivo del cumpleaños de la fundadora Cécile y disfrutar la vida cubana con un buen puro.
Cécile nos comenta cuales son algunos de sus habanos favoritos; entre ellos se encuentran los de Ramon Allones, el Allones Specially Selected, cuyo sabor es intenso a tabaco y madera, muy seco, suavemente amargo y con leves tonos picantes, especiados y dulzones, muy sutiles pero persistentes, con un tiro impresionante, combustión muy buena. Aroma con toques secos y profundas notas que traen recuerdos dulzones y refrescantes. Otro que le encanta de esta marca, es el Gigantes, doble corona, un cigarro que le gusta fumarlo cuando cuenta con el tiempo suficiente para disfrutarlo.
Otra de sus marcas preferidas es la muy selecta Trinidad, especialmente, el Reyes, Petit Corona, que le encanta después de un rico expresso. Nos comenta que es de sabor intenso a tabaco y madera, algo seco, con bastante dulzor con recuerdos tostados y picantes. Con una combustión excelente y un aroma intenso. Para este habano requiere por lo menos de unos 20 minutos.
También, de esta misma marca le encanta el RobustoT que es un “Del Valle” que equivale en dimensiones al Robustos, pero que incorpora además el clásico apéndice de la marca. Proporciona una fumada breve pero de intenso sabor.
Actualmente, Cécile ya es una consumada experta en la materia, y por ello decide emprender el pasado febrero de 2012 con su Club de Aficionados fumadores de habanos, una nueva aventura en Cuba y es ahí donde me reencuentro una vez más con mi gran amiga, su Clubito y el placer de conocer a profundidad la maravillosa sensación de fumar un habano en la propia isla de Cuba.
Una frase célebre que aprendí de mi querida amiga, “No se fuma por fumar, ni tampoco por estar a la moda”.