Un Ferrari 250 GTO de los años sesenta se ha convertido en el coche más caro de la historia al ser vendido por 35 millones de dólares, lo que al cambio actual supera los 28 millones de euros.
El coche fue subastado en anamera.com, un portal especializado en vehículos de lujo para coleccionistas.
Su nuevo dueño, cuya identidad se desconoce, ha valorado su incomparable exclusividad, ya que se trata de un modelo del que sólo perviven 12 de las únicas 39 unidades que se construyeron.
Este deportivo de competición, fue propiedad del piloto de Fórmula 1 Stirling Moss. Sin embargo, no pudo competir debido a un accidente días antes de celebrarse la prueba francesa «Le Mans», razón por la cual aún conserva el color verde manzana que caracterizaba a su escudería.
Este deportivo único ha pasado ya por varias subastas, en las que cada comprador ha visto multiplicado exponencialmente el valor de su inversión. El anterior dueño, el holandés Erik Heerema, que ha recibido esos 28 millones, lo adquirió por siete millones de euros en la última subasta.
De esta manera, el Ferrari desbanca al Bugatti Type 57SC Atlantic de 1936, que en 2010 se vendió por 25 millones de euros.