Hoy quiero escribir de la tía Anaïs Nin, hermana mayor de mi abuelo. Constanza Slim me hizo llegar la recién publicada novela biográfica «Posar desnuda en la Habana», de la escritora cubana Wendy Guerra, quien si bien ha hecho desde siempre un gran trabajo de investigación sobre la obra y vida de Anaïs, encuentro que en esta ocasión cae en muchas manipulaciones de información, como que el tío Hugo Guiler «se casó con una latina católica morena» (Anaïs tenía una piel blanca como el talco y los ojos azules como el Caribe), su vinculo latino fue más bien por destino, ya que nació en Francia, creció en Badalona, posteriormente en Nueva York y años después viajó a Cuba en busca de sus orígenes, cuyos padres eran a la vez catalán y danesa. Anaïs se estableció en Estados Unidos y a pesar de su mezcla de sangre, es considerada americana.
Anaïs empezó a escribir sus diarios a la edad de 11 años con el seudónimo «Linotte»; su primer diario fue obsequio de su madre Rosa Culmell, quien harta de las andanzas de su esposo Joaquín Nin y Güell (pariente del conde de Güell, mecenas de Gaudí) decidió dejar Badalona con sus tres hijos Anaïs, Thorvald (mi abuelo) y Joaquinito o Kiki, rumbo a Nueva York.
El Diario de Anaïs es el inicio de una carta interminable al ausente ególatra padre, Joaquín.
Así, Nin inició los manuscritos de sus siete diarios que abarcan más de 35 mil páginas y recopilan el día a día de su vida, en la que conoció y se relacionó, incluyendo a Henry Miller (de quien fuera amante y el a su vez le dedicara su libro «Trópico de Cáncer»), a Antonin Artaud, Otto Rank (otro amante más), y Gore Vidal.
Nacida en Neuilly-sur-Seine, en 1903, en la casa que sus padres rentaran al poeta Gabriel D’Annunzio, regresó a París como la joven esposa de Hugo.
Creciendo en Nueva York, trabajó como modelo siendo una de las reconocidas Gibson Girls.
Mucho se ha dicho sobre la veracidad de su relación incestuosa a la edad de 31 años con su papá. A mí, en lo personal me da lo mismo si es cierto o no, conociendo las historias de la familia, nada me sorprendería, pero en este caso específico creo que se trata más de marketing y vender libros de hechos reales. Al igual que sus novelas eróticas «Delta de Venus» y «Pajaritos»…
Anaïs es reconocida como una mujer emancipada, abierta, dispuesta a explorar su condición humana y compartir sus hallazgos desde la perspectiva femenina.
Nunca se casó como se dice en su biografía con Rupert Pole, un amigo homosexual con quien vivió hasta su muerte en California. Y tampoco mantuvo su matrimonio con Guiler por el dinero de este, Anaïs amasó suficiente dinero y reconocimiento por si sola, sin necesidad de depender de la «fortuna» de Hugo, dedicado a la banca, más no dueño de ningún banco y lejos de ser un banquero magnate.
Anaïs quería tanto a Hugo que pidió que sus diarios totales, sin editar ni censurar, no fueran publicados hasta que las personas mencionadas en los mismos hubieran fallecido, me pregunto cuánto por decoro y respeto a la persona en cuestión, cuanto por que la misma pudiera cuestionar o debatir el argumento de Anaïs…
Los cuatro volúmenes de su diario que recibieron este trato y del cual se puede encontrar una doble publicación son:
«Henry & June» (llevada a la pantalla en 1990), «Incesto», «Fuego» y «Más cerca de la luna».
Si es ficción o las entradas de sus diarios son veraces, es irrelevante, Joaquín, su hermano menor dice que son puras fantasías de Anaïs aunadas al oportunismo de Polo.
Independientemente de eso Nin abrió una brecha, no solo en la literatura del siglo XX, sino para la mujer en sí.