Insignia de distinción durante la primera mitad del siglo XX, el sombrero, como otros accesorios que dejaron de verse durante años en la calle es hoy una muestra de temple y arrojo que cada día más personas se animan a llevar.
Aunque son ellas las que se arriesgaron primero a cubrir su cabeza sin prejuicios, los hombres se dejan cautivar por este complemento sobre todo durante el verano. Entre las propuestas más interesantes para los meses de calor se encuentran las de la firma británica Paul Smith.
Dentro de su colección masculina primavera/verano 2012, el diseñador de las rayas multicolores ha apostado por el sombrero tipo borsalino, maleable, de ala corta y con una cinta de tela a su alrededor y ha sustituido el original de tela manejable, material con el que se fabricó por primera vez en Italia en 1857, por paja tejida.
Sin embargo, existen opciones para todos los gustos: con el trenzado más o menos apretado, en estampado que imita la piel de un reptil, combinado con el ala en algodón o, quizá los más atrevidos del catálogo, en tonos vivos (azul eléctrico, verde, rojo…) decorados con una pluma. La versatilidad de este diseño permite, además, doblar el ala por la parte trasera, hundir la corona, o, incluso, los laterales.
Para combinarlos no existen demasiadas normas establecidas, sino un look relajado. Los más sencillos pueden ser perfectos para llevar a la playa, combinado con unos bermudas y una camisa liviana en tonos claros. Por el contrario, los modelos más sofisticados, como el de la pluma, requieren un conjunto más elegante.
Más info: www.paulsmith.co.uk