El viernes pasado asistí a una conferencia del gurú de la administración, Michael E.Porter. El título no podía ser más cercano a lo que imaginaba: «Competitividad y valor compartido».
La Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, emanada de la escisión setentera con la universidad pública, se ha distinguido por una bastante exitosa sinergia con el sector empresarial poblano y este tipo de acciones académicas refuerzan su solidez.
Porter recibió el doctorado Honoris a causa de sus valiosas aportaciones a la administración, después de una ceremonia con coros en latín y una serie de personajes con gorritos aterciopelados y borlitas que recordaban las cortes isabelinas.
Una de las mayores aportaciones de Porter es la idea de la «clusterización». Sectores productivos que se aglutinan regionalmente para dar respuesta a las necesidades obvias de una cadena de suministro. Gran parte del rollo de Porter giró en torno al éxito de la empresa vinculado al éxito del ciudadano, la vinculación entre los estándares de vida y las condiciones sociales y el desarrollo empresarial. En pocas palabras, Marx ha puesto al servicio del capitalismo, estructura y supraestructura en una relación de creación o pérdida de valor. Todo esto siempre combinado con los manoseados temas de la eficiencia y la productividad.
Asistieron grandes personalidades de gobierno que aplaudieron la idea de que las instituciones gubernamentales deben favorecer el crecimiento y desarrollo de la empresa con una serie de políticas públicas que vayan de la mano del desarrollo social.
No pudo faltar el tema de la responsabilidad social y la “creación de valor”, algo bellísimo que sucede cuando se hace lo que está bien para los negocios y para la gente, compartiendo así el beneficio que la empresa genere. Para lograr lo anterior, es necesario que las empresas sean apoyadas por el gobierno y la sociedad civil creando una ambiente propicio para los negocios. Elocuente y sabio.
La capacidad para organizar la información en verdades que todos conocemos es quizá la mayor aportación de Porter. Los clusters se han venido formando desde siglos antes a que Porter los descubriera, son casi una reacción antropológica que tiene como consecuencia no sólo la organización productiva, sino también la urbanización, la movilidad regional y prácticamente la evolución del hombre nómada al sedentario. En pocas palabras, las verdades que todos conocemos en una organizada presentación de PowerPoint y un sinnúmero de atentos oyentes esperando escuchar lo que yo pensé que ya sabían.