Cuenta la historia, que este famosísimo cigarro cubano, comienza a principios de 1960, cuando uno de los miembros de la seguridad personal de Fidel Castro, Bienvenido «Chicho» Pérez Salazar, recibió de un amigo torcedor, Eduardo Rivera Irizarri, una vitola sin nombre que la hacía para su uso personal.
Chicho empezó a fumarlo asiduamente y un día le dio a probar al propio Fidel esta vitola. Se trataba del lancero, que en aquella época fue algo muy novedoso porque era alargado, fino y no como los tabacos que se veían que eran de calibre grueso.
La historia continúa con Ernesto “Che” Guevara, quien cuando era Ministro de Industria del recién estrenado Gobierno revolucionario, en 1962, selecciona a los torcedores más prometedores en materia de habanos.
Los más reconocidos fueron Eduardo Rivero y Avelino Lara quienes se instalaron en la nueva fábrica en la zona de El Laguito, en la capital cubana.
En aquel entonces, Fidel comenzó a obsequiarlo a compañeros, dignatarios de otros países y otras personalidades. Es así como muy pronto la fama del tabaco, todavía sin nombre, comenzó a extenderse.
En 1966, año en que comenzó la producción a gran escala de los tabacos, la secretaria ejecutiva de Fidel, Celia Sánchez Manduley, percibe la necesidad de que este tabaco merecía llevar un nombre. Como era habitual en ella, con su alto sentido de lo autóctono, empieza a investigar en la historia de Cuba y descubre el nombre de COHIBA.
La historia no nos dice si los aborígenes lo llamaban así al referirse a los puros o a la planta del tabaco, pero Celia Sánchez, fiel a sus raíces históricas decidió llamarlo COHIBA, quedando así bautizada la marca.
Después de ponerle el nombre al producto, iniciaría una importante labor para eregir la marca, la cual incluyó el diseño y sobre todo el formato, porque para poder convertirla en una gran marca de puros no solo bastaba un solo modelo. Y es a partir de ese estudio, que surgen los tres primeros modelos que comenzaron a producirse en 1968: los Lanceros (gran panetela), los Coronas Especiales (corona) y los Panetelas (cigarrillo, a pesar de su nombre).
El primer registro de la marca en Cuba se solicitó en 1969, con su diseño original, que comenzó a adquirir cada vez más un gran prestigio y fama.
Debido a esta notoriedad que fue adquiriendo la marca, en la década de los 70, se decidió comercializar en los mercados diplomáticos del país y en su mercado interno. Para 1982 se decide lanzar la marca al mercado internacional con un éxito inmediato.
En el año 1989 se introdujo la Línea Clásica con los Espléndidos (Churchill), los Robustos (robusto) y los Exquisitos (panetela); en 1992 aparecieron la Línea 1492, así denominados en honor al Quinto Centenario del Descubrimiento de Cuba por Cristóbal Colón. Existen cinco modelos de la Línea 1492: el nombrado Siglo I (coronita), Siglo II (petit corona), Siglo III (corona), Siglo IV (corona largo) y Siglo V (lonsdale).
En el año 2006 se elaboró, con un diseño y producción especial, un humidor conmemorativo por los 40 años de la creación de Cohiba (1966-2006) bajo el nombre Cohiba Behike. Las 3 vitolas de la nueva Línea Cohiba Behike son: BHK 52 Laguito No4, BHK 54 Laguito No5 y BHK 56 Laguito No6.
El tabaco que se destina a la elaboración de esta marca es muy especial. El COHIBA no se produce en grandes cantidades, ya que es un habano muy selecto, muy limitado por la calidad de la cosecha.
Es reconocida a nivel mundial como “la selección de la selección” porque su tabaco proviene de Vegas finas seleccionadas de Vuelta Abajo (Pinar del Río), de la vega El Corojo, que produce una capa suave de textura fina y colores claros. Respecto a la tripa, utiliza las mejores hojas de las mejores vegas finas de sol de Pinar del Río, de San Luis y de San Juan, en Vuelta Abajo.
Otra característica de COHIBA es la denominada «tercera fermentación», un proceso especial con una leve fermentación junto con un añejamiento.
Asimismo, COHIBA tiene un grupo de control que examina constantemente la calidad de los diferentes tabacos en las diversas etapas de su producción.
El torcido del COHIBA está en manos de mujeres, porque este tipo de puro largo y fino requiere un acabado elegante, un tacto extremadamente delicado al montar las hojas, del cual se dice que solamente puede lograr las manos delicadas de una mujer.
Todas las vitolas de COHIBA se elaboran «totalmente a mano» con tripa larga, en “El Laguito” que tiene la reputación de reclutar a los mejores torcedores de la región, ejemplo de ello, es la ganadora de la primera cata a ciegas de Habanos, la torcedora de la marca COHIBA Ana Isel Mederos Cano, durante la edición pasada en el XIII Festival Internacional del Habano que se llevó a cabo en febrero del 2011.
Esta marca se comercializa a nivel mundial en prácticamente todo el mundo, entre los países mencionamos los siguientes: España, Francia, Suiza, Gran Bretaña, Benelux, Portugal, Hong Kong, México, Argentina, Costa Rica, Alemania, Rusia, Polonia Canadá, Brasil, Marruecos, el Caribe, África y Oriente Medio.
Muchos fumadores afirman que se puede identificar por su aroma solamente. La evidencia de esto es que las vitolas COHIBA son las que obtienen las más altas calificaciones en las sesiones de prueba.