Sumergida en un pasado de drogas, alcohol y violencia, consecuencias de la nociva relación que mantuvo con el cantante de R&B Bobby Brown, Whitney Houston falleció según sus allegados, porque sufría también de ansiedad y ataques de pánico, que trataba de sobrellevar con Xanax, pastillas con efectos sedantes o ansiolíticos que le permitían relajarse para subir al escenario.
Todo comenzó el sábado, cuando planeaba salir de fiesta con del productor musical Clive Davis. La celebración pre-Grammy a la que nunca llegó.
Al parecer, la cantante de 48 años, fallecida el sábado, residía desde hace varios días en una habitación del cuarto piso del Beverly Hilton Hotel. Eligió ese refugio porque debía presentarse en fiestas previas a los premios Grammy, que se entregaron un día después de su muerte.
Así, el jueves por la noche asistió a una fiesta con un aspecto muy desprolijo y exhibiendo rasgos de evidente cansancio. Tomó el micrófono y apenas interpretó una canción, lo que constituyó su última performance.
Es más, el sábado por la tarde Whitney se fue a bañar para prepararse para la Fiesta Davis. Se trata de un evento anual que reúne a estrellas de la canción. Allí planeaba ofrecer un show más completo que el de los días previos.
Es más, el sábado por la tarde Whitney se fue a bañar para prepararse para la Fiesta Davis. Se trata de un evento anual que reúne a estrellas de la canción. Allí planeaba ofrecer un show más completo que el de los días previos. Y los guardaespaldas y su estilista, luego de horas de que la cantante no saliera de su habitación, ingresaron y la encontraron con la cabeza bajo agua.
En la habitación no encontraron drogas ilegales, sino medicamentos recetados, como Xanax. Según informó la página TMZ, la autopsia ya está lista, pero faltaría un examen toxicológico que estará demorará entre cuatro y seis semanas. Una de las teorías que circulan es que la mezcla de alcohol y Xanax le produjo a Whitney una sedación extrema, por lo que se durmió y luego se ahogó en la bañera.