Llega fin de año y las celebridades realizan un balance de lo bueno y lo malo, de los éxitos y los fracasos. En el caso de la actriz Lindsay Lohan, la autoevaluación final deja mucho que desear, y por esta razón, se propuso hacer un párate de drogas, alcohol y excesos.
Así, la joven rechazó todas las invitaciones a las fiestas de Año Nuevo en las que requieren su presencia. Tan fuerte fue su decisión, que Lohan dijo que no a las ofertas de hasta un millón de dólares, y más, por parte de quienes deseaban su asistencia a los festejos de Año Nuevo.
La idea de Lindsay es pasar el fin de año sólo junto a sus amigos para mantenerse alejada de los escándalos.
Y es más, ahora solo se decida a realizar su servicio comunitario, así como en la promoción de su más reciente portada en la revista Playboy, en la que simula ser Marilyn Monroe.