Hace unos días en Bután, un pequeño país budista situado en el Sur de Asia, se vivió una muy íntima boda real, pues el rey Jigme Khesar Namgyal Wangchuck de 31 años, considerado el rey más joven del mundo, contrajo matrimonio con la plebeya Jetsun Pema, de 21 años de edad, en un monasterio de la antigua capital Ponakha.
En medio de música, y una nube de incienso, los novios hicieron la triunfal entrada al monasterio, acompañados de sus invitados más allegados. Fue entonces cuando el rey de Bután se encargó de coronar a Jetsun Pema, oficializando así su enlace matrimonial.
Los novios lucieron tradicionales túnicas, en donde resaltaban los colores rojos y amarillos. Entre cantos de los monjes budistas, la pareja continuo con un rito de purificación para después recibir una serie de ofrendas por parte de la máxima autoridad religiosa del país, el padre Je Khenpo.
La celebración termino cuando la reina Jestun Pema bebió de un cáliz dorado, con el elixir de la vida eterna, tradición que la convirtió en la nueva reina de Bután.