En el juicio de Michael Jackson siguen revelándose intimidades aterradoras antes de su muerte. En esta oportunidad, se difundió que el Rey del Pop estaba casi ciego, casi nunca comía bien y tenía problemas para orinar, incluso a veces se hacía encima, según se declaró en el juicio en Los Ángeles su médico Conray Murray, acusado del homicidio involuntario del cantante.
Luego, se mostraron imágenes aterradoras. Primero Murray, explicó que Jackson iba a un médico, un prestigioso dermatólogo de Beverly Hills, el doctor Arnold Klein, tres veces por semana, y muchas veces volvía «consumido» después de las sesiones, con dificultades para ensayar para la serie de espectáculos previstos en Londres que preparaba.
«Su visión era muy, muy mala. Por lo tanto calculé que podía ser legalmente ciego», señaló el médico, quien agregó que Jackson usaba una lupa para leer.
Recordemos que el médico está acusado de homicidio involuntario por haber presuntamente dado a Jackson una sobredosis de propofol, un potente sedante. Al parecer, los abogados aseguran que Jackson era un adicto desesperado que se autoadministró una dosis fatal mientras Murray estaba fuera de la habitación.