205 buzos participaron en el enlace matrimonial entre el italiano Alberto Dal Lago y la mexicana Karla Ysunza, quienes se juraron amor eterno en las profundidades del mar azul turquesa de la Riviera Maya, justo frente a la playa del club Blue Venado.
Los buzos comenzaron el registro y el ensayo de la boda alrededor de las 8 de la mañana de hoy, en conocido centro comercial, para posteriormente trasladarse al eco parque Punta Venado, donde los asistentes a la boda subacuática se calzaron sus trajes de anfibio para iniciar la inmersión, lo que ocurrió pasado el mediodía.
Más de doscientas personas entraron a pie por la playa, fueron divididas en dos grupos por listones verdes y naranjas acomodándose unos del lado izquierdo y otros del lado derecho, para luego irse perdiendo en las aguas de un mar que por momentos dejó sentir su fuerza; los buzos se sumergieron hasta alcanzar un descenso de seis metros, una vez reunidos en las profundidades, todos los participantes tomados de las manos rodearon a los novios quienes se declararon su amor y fueron felicitados por sus testigos y algunos amigos que estaban cerca de la pareja bajo el agua.
Posteriormente, ya fuera del agua, la pareja signó el acta de matrimonio respectiva en el acto protocolario oficial.
Aunque la expectativa era rebasar los 261 asistentes para así conquistar el récord Guinness de la boda subacuática más concurrida del mundo, la marca no logró batirse, sin embargo, el entusiasmo de los dos centenares de buzos certificados que acompañaron a la feliz pareja en su inmersión no deja de ser un acontecimiento digno de celebrarse, sobre todo porque los organizadores del evento fueron amigos y familiares, quienes contaron con el apoyo de diversos patrocinadores, así como de autoridades municipales y del Fideicomiso de Promoción Turística de la Riviera Maya (FPTRM).
La pareja de buzos recordó que uno de los objetivos de efectuar el enlace matrimonial bajo el agua, era crear consciencia entre los practicantes del buceo para preservar el ecosistema acuático y el hábitat del tiburón toro; en este sentido, un representante de la organización ambientalista MARTI, recordó a los asistentes la importancia de cuidar y proteger los arrecifes, un ecosistema extremadamente frágil, y del que la Riviera Maya forma parte, al encontrarse dentro del Arrecife Mesoamericano, el segundo más grande del mundo.