Se concretó lo que muchos estábamos esperando: el príncipe Alberto II de Mónaco y la sudafricana Charlene Wittstock se convirtieron hoy en marido y mujer, en una ceremonia civil. Así, los novios quedaron unidos «por los vínculos del matrimonio» en la sala del trono del Palacio monegasco, en presencia de sus respectivas familias y de las autoridades del Principado.
Alberto II y la desde hoy Charlene de Mónaco, alteza serenísima, de 53 y 33 años respectivamente, comienzan así una nueva etapa, diez años después de haberse conocido y cinco desde que oficializaron su noviazgo.
La novia, lucía un vestido de Chanel, una falda azul claro, un cuerpo palabra de honor y una chaqueta. Así también, con la misma firma, se lucieron la princesa Carolina y su hija, Charlotte, ésta última con una pamela.
Los testigos elegidos por la pareja fueron para el príncipe soberano Chris Le Vine, sobrino de la fallecida Grace Kelly, y Donatella Knecht de Massy, mujer de uno de los nietos de la también fallecida princesa Antonieta de Mónaco, en el caso de Charlene