A horas para la segunda gran boda real en Europa, después de la del príncipe Guillermo y Kate Middleton, el príncipe Alberto, de 53 años, y su novia Charelene Wittstock, de 33, posan ante la prensa local, al lado del músico francés Jean-Michel Jarre, que ofrecerá un concierto gratis el día de la boda civil, prevista para mañana.
Con el fin de aplacar el escándalo y silenciar los rumores de que Wittstock habría intentado suspender la boda, ambos se mostraron en público en actitudes afectuosas. Tanto amigos como colaboradores personales cercanos a los novios, salieron a hacer declaraciones tranquilizadoras ante la prensa para desmentir los rumores de una crisis de pareja
El escándalo comenzó cuando la publicación L’Express publicó que la novia real, Charlene Wittstock, habría intentado volar precipitadamente de regreso a Sudáfrica con ticket sin retorno confirmado, tras una revelación sobre la “vida privada” del príncipe, que no sería “tan ejemplar como imaginaba”. Aparentemente la ex campeona de natación devenida en novia fugitiva, fue convencida de volver a Mónaco y de seguir adelante con los preparativos de la boda real.
El príncipe de Mónaco, que reconoció públicamente que tiene dos hijos fuera de matrimonio, podría haber tenido un tercer hijo ilegítimo hace algunas semanas.