Francia inventó una nueva categoría en hoteles de lujo. Una discreta placa dorada lo designa como Palace. Desde hace un par de semanas se lo puede ver prestando mucha atención, en la entrada del legendario cinco estrellas parisina “Le Bristol”. Esa pequeña placa con letras en relieve representa todo en el mundo de la hotelería de lujo. La agencia francesa de promoción del turismo “A tout France” ha creado esta nueva categoría para destacar aquellos hoteles que representan la elite de los alojamientos aristocráticos, el colmo de la hospitalidad francesa.
Para esta nueva distinción se convocó una comisión de especialistas que establecieron unas bases de calidad y un jurado que tiene la consigna de asignarle le Palace a un máximo de 20 hoteles en todo el país, en función de que se cumplan los requisitos de la excelencia.
Entre los requisitos, un palace debe ubicarse en un edificio histórico de época, con una arquitectura excepional e inimitable, decoración con antigüedades y obras de arte, servicios e infraestructuras al mejor nivel [restaurantes con estrellas Michelin, gimnasio, piscina, spa, jardines…], personal altamente cualificado, una relación de 2,75 empleados por llave, debe tener entre 50 y 200 habitaciones y mayor número de suites que cualquier cinco estrellas al uso.
La primera fuente de ingresos de la economía francesa es el sector turístico, que genera en este país un millón de empleos directos y otro tanto de indirectos y representa una cifra de negocios de 70.000 millones de euros que se reparten 210 000 empresas y atrae anualmente a 80 millones de visitantes.