En una entrevista con la revista alemana Shape, Nicole Kidman aseguró que odia las dietas y los gimnasios y que «tiene que comer varias veces para saciarse».
No obstante, la australiana confiesó que después del embarazo de Sunday Rose, que nació en julio, «tenía unos kilos de más alrededor de la cintura», pero nada que no haya podido bajar con el ajetreo que implica el haberse convertido en madre a los 41 años.
Al referirse a su sana alimentación, la ganadora del Oscar declaró: «Procuro alimentarme bien: ensaladas, pescado y a veces pasta, pero no soy amiga de comidas con un alto contenido en grasas».
Cuandose le preguntó lo que hace para mantenerse en forma dijo que al haber crecido cerca del mar, tiene «una relación muy especial con el agua». Le gusta mucho nadar, aunque «hoy por hoy prefiero hacerlo en la piscina». Ahora que es madre, no tiene tiempo para seguir un programa de entrenamiento, pero siempre encuentra el momento para nadar o «jugar una hora al tenis».
Además, para su papel en Australia, su última película, aprendió a montar a caballo, «un deporte mucho más difícil de lo que pensé en un principio, y para el que hace falta una buena musculatura en la espalda», comentó la actriz.