La boda de Lily Allen y Sam Cooper ya tiene fecha: el próximo 11 de junio. La pareja sellará su relación de un año y medio en una iglesia cercana a su casa en Inglaterra, y se tratará de una ceremonia discreta a la que acudirán sólo sus familiares y amigos más cercanos.
Después de una pedida de mano de película, que tuvo lugar el pasado día de Navidad en un lujoso hotel en Bali al más puro estilo cinematográfico, parece que la pareja se inclina por algo mucho más sencillo para celebrar el día de su boda.
El enlace se realizará en una iglesia de Inglaterra, cercana al domicilio de Allen y Cooper; y se tratará de una ceremonia tranquila y privada, lejos de las cámaras y la ostentación, a la que sólo acudirán sus seres queridos más cercanos.
«Lily y Sam están muy felices y se casarán cerca de su casa de Cotswold. Ella no quiere una gran boda como las del mundo del espectáculo, simplemente eso no le gusta», han afirmado fuentes del diarioDaily Mirror.
Esta noticia confirma la buena marcha del romance de Allen y Cooper, que siempre se han mostrado muy unidos y enamorados pero han pasado por momentos muy difíciles juntos, como cuando la cantante perdió el pasado noviembre al bebé de seis meses que esperaba.