El whisky Glenfiddich 50 años constituye una de las piezas clave para todo coleccionista ya que tras medio siglo reposando en la destilería de Speyside, en corazón de las Highlands escocesas, por fin sale a relucir para satisfacer a los paladares más exclusivos.
Portador de un sabor muy propio, su aroma equilibrado denota un agradable toque a madera, que recuerda ligeramente a turba y roble. Cuenta con un parecido a los distinguidos añejos coñacs en cuanto a su acabado que es bastante corto.
Todos encontrarán un hecho curioso conocer qué ocurrió con la botella número uno, y es que esta fue entregada al Museo Nacional de Escocia en Edimburgo. Otras han sido adquiridas tanto por coleccionistas privados como por instituciones tan prestigiosas como Harrods en Londres y Fauchon en París.