La cantante, modelo y primera dama francesa, es una más de todos los famosos que piden que indulten a Sakineh Mohammadi Ashtiani, la mujer iraní de 43 años condenada a muerte por adulterio y que se encuentra en prisión hace cinco años.
Bruni realizó publicaciones en el periódico Libération y la revista Elle. A continuación, el texto completo de la carta de Carla Bruni Sarkozy.
Querida Sakineh,
¡Condenada a ser sepultada viva, y después lapidada! ¡Su hermoso rostro, destrozado! Sus ojos llenos de dolor y dignidad, su frente, su cerebro, su alma… transformados en blanco de lanzadores de piedras, aplastados, pulverizados, destrozados… ¡Horror y consternación! Esta imagen de pesadilla que nos trastorna, esta imagen que nos aterroriza y que parece salida de la noche de los tiempos, esta increíble tortura corre pues el riesgo de volverse real.
Por razones oscuras, con fría rabia, seres semejantes a usted y a mí así lo han decidido, Sakineh. Seres que se arrogan el derecho de vida y muerte sobre aquellas que no les obedecen.
¿Cómo callar después de haber tomado conocimiento de la sentencia que fue pronunciada en su contra? Lo que puede sucederle a usted lastimará profundamente a todas las mujeres, a todos los niños, a todos aquellos que abrigan sentimientos humanitarios. Y, peor aún, usted no es la única que se encuentra en peligro de padecer este increíble suplicio…
No veo qué bien puede salir de esta ceremonia macabra, sean cuales sean las justificaciones jurídicas esgrimidas.
Derramar su sangre, privar a sus hijos de madre, pero ¿por qué? ¿Por lo que usted vivió, porque usted alguna vez amó, porque usted es mujer e iraní?
Todo en mí se niega a aceptar esto. El pueblo iraní forma parte de las naciones más antiguas y más notables del planeta. No entiendo cómo los herederos de una gran civilización hecha de tolerancia y refinamiento pueden ser infieles a esa herencia milenaria.
Sus jueces deben saberlo, Sakineh, su nombre se ha convertido en un símbolo para todo el planeta. ¿Entenderán ellos que, sea cual sea la época, sea cual sea el lugar, nunca podrán lavarse las manos de semejante crimen?
Estoy orgullosa de vivir en un país en el cual la pena de muerte ha sido abolida. Por mucho tiempo, formó parte de neustras leyes y puedo decirle que esa abolición fue una victoria democrática, muy importante para el conjunto de nuestro pueblo. ¿Y si esa victoria fuese también la suya? ¿Y si la Nación iraní le diese la espalda a esta bárbara costumbre?
Ruego para que la justicia de su país sepa dar muestras de clemencia hacia usted, así como hacia las otras víctimas que podrían padecer el mismo suplicio. En Francia, los niños aprenden en al escuela que la clemencia es la principal virtud de los gobernantes.
Desde el fondo de su celda, sepa que mi marido abogará por su causa sin descanso y que Francia no la abandonará.