La hija de Bill Clinton dijo «Sí, quiero». Finalmente, el vestido elegido fue un strapless color marfil con drapeado de tul en el escote, voluminosa falda con capas de organza cortadas con láser formando un remolino y la faja de brillantes con flores, diseñado por Vera Wang , una especialista en vestidos de novia. Para el cabello, optó por un recogido clásico con velo de tul y maquillaje en tonos neutros.
La boda fue en la localidad neoyorquina de Rhinebeck, con el joven financiero Marc Mezvinsky, en una ceremonia muy familiar y bajo una estricta privacidad, en la que no aparecieron ninguno de los famosos que se pensaban que estarían.
Hillary Clinton, por su parte, optó por uno de sus diseñadores preferidos, el dominicano Oscar de la Renta, cuyas creaciones tantas veces utilizó en sus años de primera dama de EE.UU., según señaló la agencia EFE
El diseñador dominicano creó para ella un vestido en seda en cereza degradé, con algunos bordados en los mismos tonos en la falda, manga larga y un cinturón ancho.
El novio llevó un esmoquin diseñador por Christopher Bailey, de la firma Burberry , al igual que Bill Clinton, a quien se le vio muy delgado pues, según él mismo explicó hace unos días, adelgazó más de diez kilos tal como su hija le había pedido.
El ex presidente de EEUU llevó a su hija hasta el altar, en una ceremonia que fue oficiada por el rabino James Ponet y el reverendo metodista William Shillady, ya que Marc Mezvinsky es judío y Chelsea Clinton, metodista.
El escenario de la boda fue la histórica mansión de , construida hace un siglo por el millonario John Jacob Astor, situada cerca del pueblo y de difícil acceso para los muchos periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión de todo el mundo que intentaban lograr imágenes de la boda, custodiada por cientos de agentes de la policía del estado de Nueva York y el servicio secreto de Estados Unidos.