El príncipe Guillermo sigue los mismos pasos de su madre la Princesa Diana que se caracterizaba por su poder humano.
Su misma compasión, sensibilidad y habilidad para infundir ánimo en las peores circunstancias. Así demostró ayer durante su visita a la escuela Eresby School para niños con dificultades de aprendizaje. Se le notaba esta natural empatía en cada gesto.
Otra de sus visitas fue al centro St. Barnabas en Lincoln, el mismo que su madre hace 18 años visitó. Este hospicio es para pacientes desahuciados, pero está vez el príncipe iba acompañado de su tía Sarah McCorquodale, hermana mayor de la princesa Diana.