Durante una serie de entregas que iniciaré con esta primera, les platicaré sobre una experiencia espectacular, una idea fabulosa creada por Manuel Quintanero, Fundador del prestigiado evento Millesime, donde se presentan los mejores Chefs del mundo. Manu, como le llaman sus más allegados, eligió como lienzo para su nuevo proyecto el “Camino de Santiago de Compostela“ y en dupla perfecta, el maridaje con los mas reconocidos restaurantes con Estrella u Estrellas Michelin en la zona de Galicia. ¿Qué mejor manera de sufrir una transformación espiritual?


La aventura para los 20 peregrinos que conformaríamos el tercer grupo en vivir esta experiencia comenzó para Beto (mi esposo) y para mí en Madrid, después de cuatro días de visita por la gran capital, nos dirigimos a la estación de tren con destino a Santiago de Compostela, los trenes perfectos y puntuales. Ahí nos reunimos con las alegres hermanas García y Lorenzo Ruiz emprendiendo camino. Llegamos a Santiago tres horas después entusiasmados y para darnos la bienvenida la encantadora, Carla Quintanero, nuestra gurú y guía durante todo el viaje.


Para vivir una experiencia TOP en una historia donde el esfuerzo físico requeriría de nuestro mejor dormir, comer, pampering por parte de un equipo fabuloso de SPA y alimentos riquísimos, Manu eligió el hotel Quinta Da Auga, de la familia Relais & Chateau, una joya que en épocas pasadas fuese una fábrica de papel, ubicada en las orillas de un rio y con una naturaleza única, como solo se da en los lugares en donde la lluvia y la humedad están presentes frecuentemente. El interiorismo clásico con guiños de modernidad con las piezas contemporáneas de arte y manufactura que se ofrecen a los viajeros ¡una belleza¡




Para iniciar y como presentación del grupo una cena inolvidable colmada de mariscos y frutos del mar, famosísimo mundialmente ya que esta región cuenta con una infinidad de especies debido a la temperatura del mar, clima e ubicación geográfica, donde de inmediato, todos los 20 aventureros entre gambas, ostiones, percebes y langosta conectamos en una cofradía que estoy cierta durará por años. Para sellar esta amistad, un personaje celta tocó un cuerno sorprendiendo a todos, y a la par nos invitó a unirnos a él en el jardín anunciando que pronto llegaría la noche más larga del año, augurio para un gran viaje para los presentes. Expectantes lo seguimos y encontramos un gran caldero en llamas, ahí entre antiguos cánticos muy simpáticos nos presento la Queimada, bebida curativa que además aleja malos espíritus y presencias, gran WOW Moment de la noche.









El primer despertar en Hotel Quinta Da Auga recibía a el grupo de peregrinos llenos de expectativas y sueños con una bruma mágica, y después de un buen desayuno, con poles en mano y outfit ideal para el recorrido, salimos en una camioneta hasta Sarria, primer punto donde daría inicio nuestra peregrinación. ¿Porque Sarria? En Sarria se inicia el Camino Francés a Santiago de Compostela porque es el punto de partida más popular para obtener la Compostela, el documento que certifica la peregrinación, ya que se encuentra a 118 kms de Santiago, la distancia mínima requerida para obtenerla. Ya ahí, nos dirigimos al cafecito a sellar nuestro pasaporte (cada peregrino tiene uno y lo va sellando por el camino en cafés, tienditas y otros puntos como con un gaitero en mitad de un bosque, o una señora Peruana en una escarpada bajada rodeada de flores), todo es fantástico, todo nos llevará a un final trascendente, diverso para cada uno, pero inolvidable para todos.








El camino te lleva por caminos de diversos materiales, lodo, pavimento, arena, tupidos bosques y pequeñas aldeas donde la sorpresa fueron los cientos de rosas que en sus bardas, parajes y prados, se alzaban coquetas en rosas, blancas y fuischas, y lo más hermoso, Hen, nuestra compañera de cuna árabe y con compañía de perfumes, me enseño como olerlas, sus diferencias y más, haciendo de mi caminar (que por mi rodilla no fue tan rápido como el de los demás) un viaje inolvidable por el mundo de las flores, en verdad que el camino te enseña. El primer día tuvo un gran clima caminando 23 kilómetros partido en tres etapas, donde Carlita, Claudia, Paula y Diana, nos esperaban con exquisitos quesos locales, fruta, jamón ibérico y bebidas refrescantes, que mejor manera de tomar un break y continuar.
Al llegar a la meta del día, el Food Truck Millesime en el cual nos recibó Bruno, con vino blanco fresquito y delicioso, el cual por supuesto fue Maná para el alma, acompañado con una comida balanceada en un paraje precioso con mesas y sillas, que gran manera de iniciar.

Por la noche, en el restaurante del hotel con una increíble y muy merecida Estrella Michelin, donde el Chef y su equipo montaron una preciosa mesa con limones y flores blancas con un coqueto grupo de copas que anunciaban un maridaje excepcional.



El menú inició con un espumoso gallego Ricón 100% Albariño, seguido de un chupito de pulpo a feira, anchoa con gel de albariño y “requeixo das neves“, continuando con un Salpicón de Bogavante y vinagreta de su coral, aprés una Vieira (el símbolo del Camino) con “San Simón da Costa“, para chuparse los dedos. Minutos después llegaba a nuestros platos una Merluza del pincho con cremoso de guisante (no se pierdan el increíble plato piraña, una gozada) y para cerrar con broche de oro un Milhojas de mascarpone y fresas de te mueres. El vino blanco “La Mar“ D.O Rías Baixas y el tino Trebón Barrica D.O Valdeorras.






Que emoción ¿que nos traerá mañana el gran Camino? Por cierto, no estaba en el menú, pero yo amante del Vermut, me apoderé todo el camino de un vasito diario de esta delicia la cual les dejo porque si la ven, no dejen de probarla y de traerme una botella. ¡Buen camino¡

