El conflicto entre Estados Unidos y China, que se avivó por la visita de la líder demócrata Nancy Pelosi a Taiwán, ya trajo consecuencias. Estamos viendo un baja en los mecardos bursátiles y como efecto hay volatilidad, lo cual causa que muchas empresas frenen sus planes de crecimiento.
“Los precios de la energia seguirán a la alza por los riesgos geopoliticos que genera la tensión entre estos países, así como la posible unión entre China y Rusia”, explica Luis Felipe Treviño, managing director en Beamonte Investments, firma de inversión privada.
Sin embargo, ¿cómo queda México? No es un secreto que el país mantiene relaciones con los tres países. Mientras Estados Unidos es su principal socio comercial, también hay vínculos diplomáticos con China y Taiwán, y varias compañías mexicanas han buscado otras opciones para satisfacerse de materias primas.
“El efecto inmediato sería la interrupción de la cadena de suministro, resultará más difícil comprar productos chinos si es que deciden no suministrar o parar el suministro a nivel mundial. Eso significa que los productos que compramos a China se van a encarecer”, comenta Treviño.
Hasta ahora, la economía china ha expandido su participación en el comercio exterior mexicano, lo que ha impactado significativamente tanto en la balanza comercial como en la cuenta corriente de la economía mexicana. Los productos que más se importan de China son ropa, zapatos y accesorios, teléfonos celulares, tabletas, smartphones, aparatos electrónicos, bisutería, relojes y joyería.
La relación comercial entre México y China se incrementó en más de 22% de 2019 a 2021 con una balanza comercial que alcanzó los 110,000 millones de dólares ante un mayor interés del gigante asiático en el mercado mexicano, según expuso la Cámara de Comercio de China en México.
Los recursos preciados de Taiwán
Más allá de su ubicación geográfica, que se alinea con los países aliados de Estados Unidos, “la isla rebelde” se ha convertido en una potencia económica. Buena parte de los dispositivos electrónicos que se usan a diario en el mundo (smartphones, portátiles, etc.) incluyen chips fabricados allí.
Una sola compañía, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), domina la mitad del mercado mundial de la industria de los chips y semiconductores. Si China se hiciera de Taiwán, como desea, pasaría a controlar una industria clave en el mundo y en la que lleva 20 años de retraso.
Hoy Taiwán es el octavo socio comercial de Estados Unidos y éste el segundo de Taiwán, detrás de China. Su Producto Interno Bruto per cápita supera los 60,000 dólares, el número 12 del mundo, por delante de Alemania, y el número 22 por volumen de PIB. Con 35,980 kilómetros de superficie es también uno de los países más pequeños.
El conflicto de interés
Estados Unidos depende de la manufactura China y uno de sus principales problemas es que no cuenta con capacidad instalada de producción en su territorio. Taiwán, por otro lado, se ha gobernado independientemente de China desde 1949, pero ésta considera a la isla como parte de su territorio, por lo que ha prometido eventualmente formar “una sola China”, usando la fuerza si es necesario.
¿Cuáles son los intereses de Estados Unidos? Taiwán forma parte de la «primera cadena de islas». Una especie de barrera geográfica que va desde el sur de Japón, pasa por Taiwán, Filipinas y corre hacia el mar del sur de China. Es un concepto de la Guerra Fría.
Estos territorios son cruciales para la política exterior de Estados Unidos, quien mantiene una relación no oficial con la isla y continúa vendiendo equipos de defensa a sus militares. Beijing ya instó a Washington a que deje de vender armas y cese el contacto con Taipei, la capital de Taiwán.
Hoy día, China tiene una gran influencia militar sobre el mar del sur, pero si tuviera a Taiwán, podría expandir su influencia naval y tener un control completo de la zona que también tendría implicaciones para el comercio global.