Un nuevo concepto llega a la Ciudad de México con el nombre de Maganda, una clínica de medicina estética en la que cualquier persona, sin importar sus características físicas, sociales o estéticas, pueden tener acceso a intervenciones no quirúrgicas para exaltar su belleza y personalidad de acuerdo con estándares realistas y congruentes con la diversidad de belleza mexicana.
“Belleza sin estándares” es el eslogan con el que Maganda busca marcar una diferencia respecto a las clínicas estéticas tradicionales, y evitar repetir los cánones de belleza que la mayoría de estas clínicas perpetúa o replica.
“Cualquier sitio o marca que esté relacionado con la belleza (clínicas, perfumes, cosméticos, moda) nos suele mostrar a la típica modelo rubia, delgada, ojo claro, bonita, que cumple precisamente con ese tipo de cánones”, dice la médico estética Gabriela Rueda, creadora de Maganda, que significa bonito en filipino.
“Todas aspiramos a estándares de belleza, pero a menudo muchas personas caen en juicios de valor sobre sí mismas por estar sometidas a una extenuante mercadotecnia de estándar de belleza completamente ajenos. Por el contrario, Maganda es un lugar en el que no buscamos perpetuar ese tipo de estereotipos que resultan imposibles, sino hacer que las personas se sientan mejor consigo mismas”, dice la doctora Rueda.
“Probablemente otras clínicas ofrecen los mismos servicios, pero en mis 10 años trabajando en este gremio, inequívocamente en cualquier sitio hay cánones de belleza que no se ajustan a la mayor cantidad de personas en México”, afirma.
Maganda no solo no perpetúa estándares de bella impuestos, sino que tampoco busca fortalecer prejuicios sobre las personas que recurren a la medicina estética.
En Maganda, las personas encontrarán explicaciones fidedignas de tratamientos estéticos sin forzar otras intervenciones innecesarias. “Es muy común, en este tipo de clínicas que, con el objetivo exclusivo de vender y tener ganancias, busquen más cosas para ofrecer a los clientes haciéndoles notar defectos por los que no acudieron o a los que no les había dado importancia”.
También, un objetivo de este concepto es ofrecer tratamientos seguros. En muchos lugares de México y América Latina abundan productos, servicios y semi profesionales de belleza que pueden poner en riesgo la salud de las personas. Por ejemplo, es posible encontrar tratamientos no certificados o inyectables que no están hechos con la sustancia correcta, no tienen los sellos de seguridad oficiales, o no están aprobados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
“Muchas personas que no son médicos ejercen la medicina estética. Un médico siempre va a establecer parámetros médicos, hacer una historia clínica de cada paciente, conocer diagnósticos alternos, evaluar probables contraindicaciones o reacciones para cada tratamiento, e incluso, si hay alguna complicación, un médico tiene la capacidad de enfrentarlo o conducirlo con otros especialistas”, explica Rueda.
Aunque el principal público de la médico son mujeres entre 30 y 55 años, no busca limitarse únicamente a ellas, pues considera que la medicina estética también está hecha para personas mayores, hombres o personas de género diverso. “Muchas personas de la comunidad LGBT o queer, van a tener la necesidad de cambiar y el que se les juzgue por ello o que se les ofrezca cosas que no son seguras también los puede poner en riesgo, cuando en realidad están en todo el derecho de cambiar tanto como ellas quieran para poder sentirse bien con ellas mismas”.
Maganda tiene las personas más jóvenes como un público importante. “Muchos jóvenes encuentran información, contenidos e imágenes en redes sociales sobre cómo deben lucir. Son ellos los que pueden correr más riesgo de someterse a tratamientos peligrosos o que modifiquen permanentemente su estructura y su anatomía, y que a la larga les traiga consecuencias nocivas. Entonces es una deuda que tengo con los adolescentes, que son quienes usualmente enfrentan problemas de aceptación social”, explica.
La doctora Gabriela Rueda es egresada de la carrera de medicina por la Universidad Autónoma Metropolitana, cuenta con estudios de posgrado en medicina estética en la Asociación Nacional de Medicina Estética además de capacitación constante en tratamientos con inyectables y diversas tecnologías de aparatología tanto en México como en el extranjero.
En sus más de 10 años de experiencia, la doctora Rueda ha colaborado con renombrados dermatólogos y cirujanos plásticos adquiriendo un enfoque integral en el abordaje terapéutico de sus pacientes.
Maganda ofrecerá servicios como armonización facial, microdermoabrasión, aplicación de ácido hialurónico, toxina botulínica, bioestimulador de colágeno, radiofrecuencia facial, entre otros. Abrió sus puertas este 29 de junio en la calle de Nápoles 60, en la colonia Juárez, con un horario de 10am a 7pm, y durante todo el mes de julio está ofreciendo promociones y descuentos.
Sitio web: Maganda Clinic – Magandaclinic
Redes sociales: @magandaclinic