Lejos están los días en que a las novias reales se les exigía un título, una dote, una mansión en el campo, familia con árbol genealógico y una esmeradísima educación para ser aprobadas.
Al día de hoy, podría pensarse que el amor es lo que realmente cuenta. Autumn Kelly, hoy esposa de Peter Phillips, no cumple ni uno sólo de los tradicionales requisitos que se esperarían de una futura esposa de un nieto de la Reina de Inglaterra.
Kelly es además hija de padres divorciados, su padre, Brian, ejecutivo de marketing en una fábrica, y su madre, Kitty, peluquera a tiempo parcial en el sótano de su diminuta casita en un Pointe Claire, rompieron cuando Autumn tenía 8 años. Brian se trasladó a vivir a Ontario con su nueva esposa y sus hijos, mientras su madre rehizo su vida sentimental con Ron Magas, un atractivo piloto, que se convirtió en un segundo padre para Autumn y sus hermanos: su gemelo, Chris, albañil, y su hermano, Kevin, ahora chef, de 31 años.
Estos hechos influyeron lo suficiente como para que Autumn, alumna en la escuela católica de primaria de St John Fisher y luego en St Thomas High, una escuela estatal católica en Pointe Claire, diera su importancia a los estudios y sobresaliera. Mientras estudiaba mandarín e historia japonesa en la Universidad McGill en Montreal, Autumn salió con un agente de policía.
Así las cosas, nada hacía suponer que un día emparentaría con la Familia Real inglesa. Sin embargo, después de cinco años de noviazgo con el primogénito de la princesa Ana, se ha convertido, en la primera nieta política de la soberana inglesa demostrando que actualmente, ni la clase , ni la carencia de un título ni la formación son barrera para unirse al clan de los Windsor.