Mujeres al fin, siempre la hacemos de tos y hasta para ir al baño nos hicieron complicadas. El único defecto de las mujeres en relación con los hombres es que no podemos hacer pipi en todos lados. Este consejo va para los ecologistas: no habría escasez de agua si se reciclara como hacen los astronautas. ¡La pipí de millones de mujeres! las cuales, bajita la mano, vamos al baño 9 veces al día. Multipliquen… podríamos llenar la presa Cutzamala y darle unos celos tremendos al Rio Orinoco.
El otro día vi anuncio para ir de camping, de esos anuncios de “llame ya”, en el cual promocionaban un QUXUNV, dispositivo de “orinación femenina” que te permite ir al baño de pie. El diseño consistía en un tubo con extensión, sin fugas, “y por si fuera poco” unos plásticos para cubrir hasta la mitad de la rodilla y así evitar salpicaduras. “Y si compraba ya” y realizaba el pedido en el inter de 21 horas y 26 minutos, en lugar de uno me daban dos mangueras y dos bolsas impermeables; solo teníamos que marcar al 1800 tararararara.. o agregarlo a la wish list. Primero pensé “qué buena idea” y cuando vi el diseño me reí entre dientes y pensé: en cuanto lo vean mis hijos en una borrachera, seguro lo van a usar para empedarse.
Así empiezan los días de millones de mujeres y más a las que tienen hijos de partos naturales, que de tanto esfuerzo tienen vejiga caída y almorranas incluidas. Una característica de ser mujer, es que somos conocedoras de todos los baños de nuestro hábitat y de las pinches colas abarrotadas de puras pipionas, (de terror cuando hay un intermedio), se nos puede olvidar todo, pero nunca el papel de baño. Somos unas maestras en los baños públicos, enseñanza que ha pasado de madres a hijas por generaciones y generaciones. Imagínense la postura de Danny Larusso (karate Kid) en el torneo haciendo la postura de la patada de la grulla; así tal cual es la maniobra “de aguilita”, aprendida desde nuestra niñez junto a un repertorio de amenazas infecciosas, ya fueran ciertas o inventadas de lo que nos sucedía si tocábamos por un milímetro la taza del excusado: bacterias microscópicos iban a saltarnos y habitar dentro de nuestro cuerpo, palabras como Amibas, Salmonela, E.coli y Estafilococos, suenan retefeo. Que nuestras pobres madres vieran a Madonna bebiéndose su pipí, revelando que su elixir es para rejuvenecer y adelgazar, !Que barbaridad beber tus residuos! yo ni loca. O como los monos capuchinos que se frotan el cuerpo con orín para atraer a las hembras y demostrar lo sexys que son ¡imagínense el olor!.
Pasando las 50tas y en peores casos 40tas altos, llega la muy temida menopausia, con toda su bola de síntomas, uno característico es que por que pasa la mosca se sale un chorrito de pipi, si medio ríes, medio caminas, medio suspiras, obvio como somos alarmistas y nos encanta buscarle tres pies al gato y no dudamos en hacer una tragicomedia, pensamos ¿ y si tuviera tumores en la vejiga? Y ¿si me hicieran trasplante de riñón? jajaja, nos encanta hacerla de jamón. Salimos destapadas para ver si no tenemos algún problema con la vejiga y el ginecólogo, muy campante, nos deletrea que es el síndrome de la vejiga hiperactiva… en pocas palabras, consiste en que no te da tiempo de llegar al baño ¡NOOO! me niego a que mi vejiga también pueda tener TDA. Hubiéramos hecho a conciencia los ejercicios de Kegel y otro gallo cantaría… ni modo,
nos tendremos de aguantar al crujido de “cuish, cuish, cuish” de los pañales Dipend, todo es culpa de la menopausia y por si fuera poco, nos explica que viene con un combo de síntomas: bochornos, flacidez, celulitis, mal carácter, insomnio y el premio mayor es los kilos de más que ves crecer por todos lados desparramandose sin equilibrio e imposibles de bajar, ni con la dieta del ajo y el agua (a joderse y aguantarse). Bueno pues aquí los dejo con esta reflexión, porque de tanta expresión sin dejarles de platicar del tema, ¡ya me ando meando!
Texto hecho por Natalia Gleason Alcantara, escríbeme y envía tus comentarios a natsart68@gmail.com o twitter: natsart68
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