En estas bellas playas portuguesas podemos encontrar las profundas marcas de la Edad Media. El Algarve está ubicado en el sur del país, una zona donde los árabes se instalaron durante 700 años. Sus huellas siguen ahí. La capital de la región es Faro y el nombre viene del árabe «gharb», que significa al oeste, punto cardinal donde se pone el sol.
El viajero encuentra playas de arenas doradas y aguas tranquilas para dejarse llevar por el ritmo suave de la vida del lugar. Cerca de allí está Sagres considerado el último pueblo de la Europa continental y tiene muchos lugares atractivos, como la Reserva Natural de la Costa Vicentina. Además se conservan palacios e iglesias de los siglos XVI y XVII decorados en barroco portugués y un puerto legendario.
En Quarteira, a pocos minutos de allí, cada miércoles, los gitanos y los inmigrantes africanos abarrotan con sus puestos la feria de la plaza principal. Allí -como en los mercados de Sicilia y Marruecos- convive una gran variedad de colores, aromas y gritos de los vendedores.