Isao Takahata está de regreso. Esta auténtica leyenda de la animación japonesa y pilar fundacional de Estudios Ghibli junto a su gran amigo Hayao Miyazaki, vuelve con una obra que reivindica la belleza de la animación tradicional y acude a los orígenes la rica tradición cultural de Japón en «La Princesa Kaguya» (Kaguyahime no monogatari), filme que se estrena este viernes 31 de julio en la Cineteca Nacional.
«La Princesa Kaguya» cuenta la historia de una pequeña niña mágica que nace de un brillante brote de bambú. Es adoptada por una pareja de campesinos muy mayores para tener hijos. Al crecer rápidamente y convertirse en una princesa, la niña se transforma en una hermosa mujer de mentalidad independiente con gran influencia sobre todo el que la rodea, pero en conflicto con su destino.
A diferencia de Miyazaki, la obra de Isao Takahata para Estudios Ghibli ha sido más cercana al neorrealismo, sobre todo en las crudas historias de sus trabajos más reconocidos, «La tumba de las luciérnagas» (Hotaru no haka, 1988) y «Recuerdos del ayer» (Omohide Poro Poro, 1991).
En «La princesa Kaguya», basada en el cuento popular japonés «El cortador de bambú», Takahata aborda de lleno la fantasía y el simbolismo abstracto.
El interés de Takahata por trabajar esta milenaria leyenda, considerada uno de los primeros relatos de ciencia ficción de la literatura universal, se remonta 55 años antes, cuando trabajó asistiendo al director Tomu Uchida en un proyecto que eventualmente fue detenido.
Ahora, en colaboración con Riko Sakaguchi, por fin adapta esta historia que le mereció una nominación al Mejor largometraje animación en la edición 2014 de los Premios O30scar.