A casi un siglo de historia, el Majestic Hotel & Spa ha sido desde 1918, año de su establecimiento, bajo el mando visionario de Martín Casals, fundador y bisabuelo de los actuales propietarios –Soldevila-Casals – un punto obligado de encuentro en Barcelona. Siendo además el escenario de importantes acontecimientos políticos a lo largo de estos 95 años: cambios gubernamentales, monarquías, guerras… hasta sus épocas más contemporáneas: el punto de proclamación de los resultados del partido nacionalista catalán Convergencia Democrática.
También ha sido anfitrión de grandes personalidades de todo giro, no en balde, una de las tres penthouse suites lleva por nombre el de Antonio Machado.
Otro poeta, León Felipe, junto con los pintores Joan Miró y Pablo Picasso, Ernest Hemimgway, Josephine Baker, Federico García Lorca, todos, en algún momento, han compartido y departido de la emblemática e icónica hospitalidad e inigualable ubicación del Majestic, siendo hoy, un auténtico símbolo de la ciudad de Las Ramblas, del barrio gótico, de la Catedral del Mar y de la Sagrada Familia.
En el 2013, tras un ambicioso proyecto de remodelación y renovación, se dio la actual imagen y aspecto al Majestic; su noveno piso, hasta entonces todavía habitado por miembros de la familia Soldevila- Casals, se transformó e integró al resto del complejo e inmueble hotelero con magnificas penthouses suites, cada una única en estilo, aspecto, e ubicación; son respectivamente la Sagrada Familia, la Antonio Machado y la Paseo Gracia.
Con sus orígenes en el edificio marcado con el número 70 de Paseo de Gracia, el anexo posterior del inmueble número 72 hasta la incorporación del edificio ubicado en la esquina de calle Valencia, conforman hoy el recinto que alberga a las 275 habitaciones de las cuales 47 son suites ( de las 340 originales, que se sacrificaron en número en alguna de las remodelaciones) para ofrecer al huésped una estancia en absoluta comodidad. Restableciendo y reafirmado los estándares y el referente «hotel Majestic » en el mundo del turismo internacional con gusto por lo elegante y atemporal, enriquecido con el servicio de sus empleados, quienes algunos llevan más de 40 años dedicados a esta empresa hospitalaria.
El comienzo de la historia
La Barcelona industrial y modernista giraba su vista hacia nuevos terrenos y ubicaciones, Paseo de Gracia, era y es el corazón de la siempre viva Barcelona.
Reconocidos arquitectos del modernismo – Gaudí, Puig i Cadalfach, o Domènec i Montaner, edificaban sus casonas para los mecenas y burgueses adinerados, Casa Batllo, La Pedrera, dentro del Quadrat d’Or, haciendo de sus fachadas con su sorprendente arquitectura, sus jardines de concreto, figuras y vidrieras, balcones de hierros forjados, formas que imitan la sinuosidad de la naturaleza, lo convierten en un aparador de un museo al aire libre para el peatón transeúnte.
Fue aquí donde Martin Casals visualizó y estableció en el mes de abril de 1918 el Majestic Hotel Inglaterra, edificó un inmueble de estilo neoclásico, un proyecto que inició con 100 habitaciones – todas ellas con baño- y el cual se convirtió de inmediato en el pulso de las celebraciones sociales de Barcelona. Tanto la aristocracia como la alta burguesía fincaron sus eventos relevantes en el gran salón del Majestic.
No sólo su excelente ubicación, dentro del palpitar del mismo Paseo Gracia, sino del mismo pulso de vida de Barcelona: a unos metros de edificios tan emblemáticos como la Pedrera o Casa Batlló, las otras concurridas ramblas que parecen pedir a gritos se les regrese su antiguo andar, el mercado de la Boquería, el Gran Teatro del Liceo. El mismo Barrio Gótico y la Catedral del Mar no se encuentran lejos, y el recorrido a Park Güell no toma en auto más de 10 minutos.
Los catalanes cuentan como durante la Guerra Civil Española y posteriormente la Segunda Guerra Mundial obligó a renombrar y cambiar del Majestic Hotel Inglaterra al Majestic Hotel.
Para la década de los años 60 se continuaría con otro proceso de expansión, el anexo del inmueble de la calle Valencia, incorporando 340 habitaciones, mismas que en otro proceso de remodelación se reajustarían a las 275 actuales.
Tras la muerte de Martin Casals en 1963, la nueva generación y administración de la familia Soldevila-Casals se enfocó en darle al Majestic un nuevo toque a la industria hotelera, introduciendo así la gastronomía que desde entonces hasta la fecha a través de su reconocido restaurante Drolma fue el primer restaurante catalán en recibir la apreciada estrella de la Guía Michelin.
El Majestic siempre se ha distinguido por su cuidadosa e innovadora oferta gastronómica. Así, el hotel, desde sus tres espacios, bajo el liderazgo y supervisión del Chef Nandu Jubany ofrecen platillos únicos, auténticos que satisfacen a todos los gustos y paladares. No por nada el Majestic Breakfast Experience es considerado como el mejor desayuno de la ciudad condal. Imperdible el brunchear los fines de semana en el restaurantes El Patio del Majestic.
Dentro de las paredes del Majestic se albergan y exponen más de 1,000 obras de arte, piezas de pintura, escultura y obra gráfica, así como el gran mural a base de mosaico del artista estadounidense Philip Stanton, que enmarca el espacio de la terraza abierta y piscina ubicada en el 10 piso, como joya sobre la corona que adereza y da el toque final.
La Dolce Vita, terraza en donde la piscina es la protagonista que ofrece de un solo vistazo el paisaje urbano de Barcelona, desde donde se puede identificar y apreciar los iconos arquitectónicos desde Mont Juïc, la torre Agbar, la Sagrada Familia, o el Tibidabo, y en un día azul y prístino, hasta las orillas del Mar Mediterráneo.
En cuanto al arte, la familia Soldevila-Casals se mantiene devota y dedicada a aumentar la colección que refleja la estrecha relación, y que incluye obras de artistas como Miró, Chillida, Tápies entre otros. Es por ello que al hotel y a su vasta colección se le considera «Hotel del arte».
A lo largo de sus casi 100 años de historia, el Majestic ha tenido una serie de renovaciones y remodelaciones, buscando siempre mantener su espíritu clásico y su esencia, así como el sello distintivo característico que lo ha ubicado en el corazón de los viajeros sibaritas.
La última remodelación se realizó en el 2013 con una inversión de €30 millones de euros bajo el proyecto multidisciplinario que incluyó aspectos de arquitectura, interiorismo, decoración, diseño y desarrollo de paisajismo en algunas áreas.
El respeto por la arquitectura neoclásica ha sido uno de los puntos de referencia del reconocido diseñador Antonio Obrador, logrando la mezcla de elementos del pasado y de la historia personal del Majestic con otros más actuales. Dando un producto ecléctico, atemporal, respetuoso a los orígenes y antiguo más moderno en propuesta, confort, iluminación y materiales. Transformado así y adecuando a las necesidades y exigencias del viajero, a la vez que se mantuvo la esencia historia del edificio.
Las estancias han ganado amplitud y luminosidad, transformándose en espacios frescos a la vez que acogedores. Las habitaciones, gracias a la atinada combinación de mobiliario contemporáneo con textiles lujosos de óptima calidad, dan como resultado un espacio fresco, funcional, acogedor. La luz es la principal protagonista, desde la reubicación del restaurante al primer piso, hasta el jardín vertical del patio interior.
La particular distribución arquitectónica – no hay que olvidar que fueron tres inmuebles que dan vida y columna al Majestic- hace que cada habitación sea un espacio único y diferente. Así, aunque cada una mantiene su singularidad, todas han sido decoradas siguiendo un mismo estilo y una misma temática. Para ello, se ha utilizado mobiliario clásico, combinado con toques y elementos modernos, en el que predominan las tonalidades marrón, pasando por cremas, arenas y beige hasta llegar al blanco.
Según sus características las habitaciones se clasifican en: deluxe, deluxe city view, deluxe executive, deluxe Paseo de Gracia, junior suite, suite y las respectivos penthouses: Sagrada Familia, Paseo de Gracia, Antonio Machado.
Los penthouses
Sin duda las habitaciones más impactantes, especiales, exclusivas y diferentes, sin quitarle en ningún momento lo suyo a las otras, son aquellas ubicadas en el noveno piso, lo que fuese hasta hace algunos años todavía la residencia familiar de los Soldevila-Casals: una planta privada y reservada, de acceso restringido para aquellos huéspedes que quieren disfrutar de una experiencia totalmente distinta.
Los siete penthouses con increíbles terrazas privadas cuentan con una superficie aproximada a los 100 m2 y ofrecen vistas privilegiadas a Paseo Gracia o a la Sagrada Familia.
Otros 100 años más de augurio para el Majestic.