El 4 de marzo de 1932 nació en Pinsk, Brest, Bielorrusia, el escritor, periodista, historidador y ensayista polaco Ryszard Kapuscinski, fallecido en Varsovia en el año 207.
Corresponsal para varios de los medios más imporantes del mundo, viajó por los países en vías de desarrollo y reportó guerras, golpes de Estado y revoluciones en África, Asia, Europa y las Américas.
Ganador de reconocimientos como el «Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003», Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cracovia, Universidad de Gdansk, Universidad de Silesia en Katowice, Universidad de Wroclaw, Universidad de Barcelona y la Universidad Ramon Llull, lo recordamos con algunas de sus más célebres frases:
«Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias».
«Los cínicos no sirven para este oficio».
«La mía no es una vocación, es una misión».
«La historia responde simplemente a la pregunta: ¿por qué?»
«El verdadero periodismo es intencional… Se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio. El deber de un periodista es informar, informar de manera que ayude a la humanidad y no fomentando el odio o la arrogancia. La noticia debe servir para aumentar el conocimiento del otro, el respeto del otro. Las guerras siempre empiezan mucho antes de que se oiga el primer disparo, comienza con un cambio del vocabulario en los medios. En los Balcanes se pudo ver claramente cómo se estaba cocinando el conflicto».
«Un hombre no empuña un hacha para proteger su cartera, sino en defensa de su dignidad».
Le escribo a la gente de cualquier parte suficientemente joven para tener curiosidad acerca del mundo.
«Ahora se suele criticar a la televisión por transmitir tanta violencia, cuando más cruel ha sido la Biblia: en sus páginas se come a niños, se llama a matar a los enemigos, se queman casas, se sacan los ojos a los hombres. Los dueños de la televisión moderna no han inventado nada nuevo».
«Dentro de una gota hay un universo entero. Lo particular nos dice más que lo general; nos resulta más asequible».
«Fue en África que realmente me hice periodista, porque tenía responsabilidades muy diferentes de las de un periodista tradicional».
«Hay un cierto egoísmo en lo que escribo, siempre quejándome del calor, el hambre o el dolor que siento, pero es terriblemente importante tener autentificado lo que escribo porque ha sido vivido».
«Me gustaría transmitir lo que fue África. Nunca experimenté nada así. África tiene su propia personalidad. A veces es una personalidad triste, a veces impenetrable, pero siempre irrepetible. África era dinámica, era agresiva, estaba al acecho».