José Saramago y la esposa de éste, Pilar del Río, convocaron el martes a leer un poema suyo para darle ánimo.
«Mario Benedetti estaba en el hospital y su estado era considerado grave. Que ahora la vida de Benedetti estuviera en peligro allá en su distante Montevideo era algo que la preocupación aquí despertada no se resignaba a aceptar», escribió el lunes en su blog Saramago, quien dijo «el susto fue grande».
Benedetti, de 88 años, fue internado el 24 de abril en estado delicado pero en los días siguientes presentó una leve mejoría y comenzó a ingerir alimentos por sí mismo. Se le quitó el suero, pero sigue con antibióticos y antiinflamatorios. Tiene visitas restringidas.
«Arranquemos sus poemas de la inmovilidad de la página y hagamos con ellos una nube de palabras, de sonidos, de músicas, que atraviesen el mar atlántico y se detenga, como una orquesta protectora, delante de la ventana que está prohibido abrir, acunándole el sueño y haciéndolo sonreír al despertar», pidó el escritor.