Michele Ferrero, padre de la Nutella y el hombre más rico de Italia, murió este sábado a la edad de 89 años en Mónaco.
Ferrero, con deseos de crear nuevos productos y con ideas de vanguardia, revolucionó el mundo del chocolate. Gracias a la constante y eficaz colaboración de su esposa, María Franca, fue el primer industrial italiano que en la posguerra abrió fábricas y sedes operativas en el extranjero en el sector de confitería, haciendo de la empresa Ferrero un Grupo Internacional.
Sus inicios en este mundo, se remontan a los años 40, época en la que Piera y Pietro, padres de Michele, lograron transformar una pastelería en una fábrica. Además de heredar esta empresa, también recibió la receta de una «supercrema» basada en avellanas y cacao, que cambió ligeramente en 1964 y rebautizó con el nombre de «Nutella». El éxito fue inmediato y tuvo éxitos con el chocolate: Kinder, Ferrero Rocher, Mon Chéri, entre otros.
La historia de Ferrero llegó a la tercera generación. Pietro (q.e.p.d) y Giovanni Ferrero, hijos de Michele y María Franca, participaron junto a los vértices del Grupo como administradores delegados durante más de diez años. Hoy, Giovanni Ferrero continúa conduciendo la empresa con éxito.
Más datos interesantes:
• Michele Ferrero murió en su casa en Monte Carlo este 14 de febrero, luego de una larga enfermedad.
• Forbes describió a Ferrero como “el chocolatero más rico del planeta”, ubicándolo a él y a su familia en el puesto 30 de su lista de la gente más acaudalada del mundo, con un valor neto de su fortuna de 23,400 millones de dólares.
• Con esta imagen, el Grupo Ferrero se despidió de Michele Ferrero.
• Este fue el mensaje de fin de año de Michele Ferrero a sus colaboradores en diciembre de 2008.
Ferrero tiene en su interior un patrimonio de recursos que le permite superar las dificultades y seguir su camino hacia un futuro de solidez y crecimiento. Son recursos que derivan de la fuerza de sus productos y del espíritu que une a todos sus Colaboradores. (…) Tengan confianza, continúen con serenidad comprometidos con ese espíritu de lealtad, conciencia profesional y dedicación que ha siempre caracterizado su acción: es un valor inconfundible que ha contribuido al alcance de nuestros éxitos en el pasado y que será un factor determinante para asegurar nuestro futuro