Nombres como Diego Rivera y José Clemente Orozco acompañan a David Alfaro Siqueiros en una espléndida trilogía, componiendo lo mejor del muralismo mexicano.
David Alfaro Siqueiros, de quien se cumple un nuevo anivesario de su fallecimiento este 6 de enero, nació el 29 de diciembre de 1896 en Santa Rosalía (hoy Ciudad Camargo), Chihuahua, y cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de México y en la escuela de Santa Anita de esta ciudad.
En 1914 se incorporó a la Revolución Mexicana alcanzando el grado de coronel en el Ejército Constitucionalista, y formó parte del renacimiento de la pintura al fresco que patrocinó el gobierno para decorar edificios públicos con murales.
Luego de residir en Barcelona, París y Estados Unidos, en 1921 publicó en la capital catalana un único número de la revista «Vida Americana», que contenía su «Manifiesto para los artistas de América», donde expuso sus ideas sobre el muralismo.
De regreso en México organizó el sindicato de pintores, escultores y grabadores revolucionarios, tras lo cual el gobierno le encarga los primeros grandes murales, el primero de los cuales no pudo terminar debido a una huelga estudiantil.
Fundó el periódico «El Machete» y formó parte del Partido Comunista Mexicano, siendo encarcelado siete veces y debiendo exiliarse a causa de su ideología.
Participó de las revoluciones contra Huerta y peleó en el bando republicano durante la Guerra Civil Española, donde alcanzó el grado de coronel en las Brigadas Internacionales.
Entre los años 1936 y 1937, Siqueiros trabajó en Nueva York formando una escuela llamada «El Estudio Experimental de Siqueiros».
Acusado de participar en México de un atentado contra León Trotsky, Siqueiros fue expulsado y se exilió en Chile, gracias a una gestión del cónsul Pablo Neruda.
En 1962 fue encarcelado por el gobierno por organizar disturbios estudiantiles de extrema izquierda dos años antes, del que fue indultado en 1964.
Sus pinturas representan una síntesis de los estilos futurista, expresionista y abstracto, recibiendo el Premio Nacional de Arte de México y el Premio Lenin de la Paz.
Dos de sus obras más destacadas son: «Marcha de la Humanidad» (1971), que decora las paredes del Hotel de México, y «Del porfirismo a la revolución», en el Museo de Historia Nacional de la ciudad de México.
David Alfaro Siqueiros falleció en Cuernavaca el 6 de enero de 1974, y fue sepultado en la Rotonda de los Hombres Ilustres.