Luego de 3 años de ausencia en cualquier tipo de acto o evento público de la familia real japonesa, la princesa Masako reapareció en una feria de inventos realizados por cientos de amas de casa llamada ‘Naruhodo’.
Se trata de la primera salida, sola, de la llamada “princesa triste”. Esto se debe a que desde 2004 está bajo tratamiento por un trastorno adaptativo con síntomas de ansiedad y estado depresivo.
Con 45 años, Masako no ha logrado darle a su esposo un heredero varón que pueda tomar el trono de Japón en el futuro. Ambos son padres de una niña. Mucho se especuló con esta podría haber sido la razón de sus problemas anímicos.