Sasha y Malia Obama se mudaron de Chicago a la Casa Blanca, pero sus costumbres siguen siendo las mismas. Según contó su madre, Michelle, las niñas hacen sus camas todos los días, ordenan su ropa y lavan los platos.
Incluso a pesar de que su abuela, Marian Robinson, se mudó con ellas para ayudarlas, las pequeñas Obama muestran una gran responsabilidad. Además la primera dama solicitó a los trabajadores de la Casa Blanca que no hagan las cosas que les corresponden a sus hijas, porque
según dice, «no necesitan que les faciliten todo, son niñas».
Sasha y Malia no tienen restricciones en cuanto a la movilidad dentro de la residencia presidencial, «deben sentir que todo el espacio es su hogar«, concluyó Michelle.