Novelista y aviador francés, su cadáver nunca fue encontrado, tras ser derribado su avión en aguas de Marsella. Antoine de Saint-Exupéry, que murió un 31 de julio de 1944, tomó de sus experiencias como piloto recursos para sus obras.
Ninguna tuvo la repercusión y la vigencia de «El Principito», la parábola en forma de fábula infantil e ilustrada por él mismo, que le dio fama mundial.
Para recordar al genial escritor, nada mejor que refrescar algunas frases inolvidables de «El Principito»:
«Todas las personas mayores fueron al principio niños. Aunque pocas de ellas lo recuerdan”.
“Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”.
“Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”
“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle”.
“Es una cuestión de disciplina, – me decía más tarde el Principito -. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta”.
«Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo, como tú: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”, lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!».
“No se debe nunca escuchar a las flores. Sólo se las debe contemplar y oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de ello”.
“Lo hermoso del desierto es que en cualquier parte esconde un pozo”,
“No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo”.
“Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores”.
“Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas”.
“No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.
“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”.
“Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran…”.