La flauta mágica (Die Zauberflöte), ópera en dos actos de Wolfgang Amadeus Mozart, con libreto en alemán de Emanuel Schikaneder –basado libremente en Lulu, oder die Zauberflöte de A. J. Liebeskind, y en Sethos de Jean Terrasson–, será el primer montaje del año de la Ópera de Bellas Artes.
El 30 de septiembre de 1791, dos meses antes de la muerte de Mozart, fue estrenada La flauta mágica en el Theater auf der Wieden de Viena. En México se escenificó por primera vez el 10 de enero de 1941 en el Palacio de Bellas Artes, donde se presentará de nueva cuenta los días 11, 13, 16 y 18 de febrero, bajo la dirección concertadora de Iván López Reynoso y de escena de José Antonio Morales.
Los papeles principales serán interpretados por Lourdes Ambriz y Maribel Salazar, quienes darán vida a Pamina, la primera el martes 11 y el domingo 16, y la segunda el jueves 13 y el martes 18, y Ernesto Ramírez (11 y 16) y Diego Silva (13 y 18) en el papel de Tamino.
Sarastro será encarnado por Tamás Bátor, y Papageno por José Adán Pérez (11 y 16) y Josué Cerón (13 y 18). Participarán el Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes, y al frente del Coro estará John Daly Goodwin.
El resto del elenco estará conformado por Íride Martínez (Reina de la noche), José Guadalupe Reyes (Manóstatos), Charles Oppenheim (orador), Anabel de la Mora (11 y 16 de enero) y Adriana Valdés (13 y 18) como Papagena, Antonio Albores (primer sacerdote y hombre armado), Alejandro Armenta (segundo sacerdote y hombre armado), y Zaira Soria, Carla Madrid y María Ávalos como las Tres damas de la reina. Paulina Rodríguez, Michelle Tapia y Elia Carbajal alternarán con Ana Cano, Karla Castro y Mariana Sotelo como Los tres genios.
El diseño de escenografía e iluminación es de José Antonio Morales y Rosa Blanes Rex, quien también se encargó del vestuario. Para este montaje, los personajes lucirán piezas tejidas en telar de cintura, técnica que data de la época prehispánica. Para ello se cuentó con la colaboración de Remigio Mestas, dedicado desde hace 34 años a recuperar, preservar y renovar el arte textil indígena.