Una de las esquinas privilegiadas de la Quinta Avenida con la calle 57 en Nueva York, se considera el centro de la moda. Las cuatro manzanas que conforman esta intersección alojan a las mejores firmas como Tiffany, Bergdorf Goodman, Prada, Gucci, Chanel o Bulgari.
A pocos metros, en un discreto portal que da paso a un ascensor que eleva 18 pisos, se encuentra una sastrería tradicional napolitana Bellucci Napoli.
La primera de las tres plantas cuenta con una terraza con sorprendentes vistas donde nos brindan algo de tomar. En su parte posterior se ubica la zona de producción, y se escucha al sastre principal, Simone Olibet, de Nápoles, hablar en italiano con el resto del equipo, que incluye a dos costureras: una de Nápoles y otra de Calabria. Los clientes suelen empezar en el segundo piso, presidido por un salón que mezcla sofás amplios donde charlar y tomarse una copa con los trajes, camisas y pantalones expuestos y los libros de muestras. La parte más especial es la gran mesa donde Simone prepara los patrones, corta las piezas y cose las telas.
La terraza de la sastrería, se ha convertido en club social, donde un placer disfrutar de un vino y una charla con un amigo mientras el sastre confecciona una camisa. Nedo Bellucci , el propietario nos dice «Mi idea era ofrecer el mismo tipo de experiencia que se disfrutaba antaño en la sastrería a medida napolitana». «Talleres donde ibas a pasar un rato, hablabas de negocios, tomabas una copa de vino y disfrutabas de todo el proceso. Ese es el tipo de experiencia que quería traer a los neoyorquinos», enfatiza.
Es el propio Nedo, quien en considerables ocasiones recibe a los clientes, charla con ellos mientras Simone toma las medidas, les acompaña por los libros de muestras o explica las diferencias entre el estilo de traje napolitano y el inglés. Mientras tanto, Simone prepara una camisa de muestra para que pase a probársela. Nedo intenta cuidar todos los detalles, como saber cuál es el whisky preferido del cliente o que suene su música favorita en el salón.
El gran objetivo de Bellucci Napoli es combinar ese trato exclusivo y tradicional con la exigencia neoyorquina de lo quiero y lo quiero ahora. Normalmente, una camisa o un traje a medida tarda entre cuatro y seis semanas en producirse. Las medidas se toman en Nueva York, pero el traje o la camisa se cosen en un taller de Nápoles.
Ahora, Nedo Bellucci, junto a Simone Olibet y su equipo, proporcionan un servicio exclusivo: camisas a medida, de la máxima calidad, confeccionadas en 24 horas. Simone, un sastre con muchos años de experiencia, puede cortar y coser un máximo de entre cinco y seis camisas por día.
La tercera y última planta es una sala de estar, elegante y tradicional donde Nedo Bellucci espera desarrollar su gran sueño: que su sastrería evolucione hacia un club social. Este salón, además de la terraza exterior, lo podrán disfrutar los futuros socios en cenas, catas de vino, reuniones empresariales o partidas de póquer con sus amigos o con otros enamorados de la sastrería tradicional. «Quiero potenciar la parte emocional de hacerse una camisa o un traje a medida», concluye Bellucci.
Más info: www.belluccinapoli.com