El polémico Lars Von Trier, ha llegado a filmar una película un tanto distinta a las demás, pero logró un film con una sensibilidad extrema, entre las angustias y emociones de dos mujeres que solo se sienten encerradas en sí mismas.
Así, con cámara en mano, imágenes de ensueño, una familia rica (pero que ya poco importa eso). Una cinta que roza el estrés constante, una angustia latente, imágenes oníricas que coquetean con el surrealismo, y, en el fondo, una historia de amor a la vida.
El nórdico logró transmitir a través de su última película lo que para muchos constituye lo más asombroso y aterrador: el fin del mundo. Dos historias paralelas se desarrollan y se unen a un núcleo fraternal, menos idílico que aterrador.
Censurado en muchos países, con su visita prohibida tras sus dichos hitlerianos, Lars Von Trier sigue haciendo obras maestras que exceden las críticas personales.