En un audio que ya circula por los medios y se convirtió en la prueba más evidente de la personalidad agresiva, racista y violenta del actor, se lo escucha decir: «Te lo merecías».
Grabando una conversación telefónica para usar como prueba, su ex mujer Oskana Grigorieva, ex cantante, modelo y madre de una de sus hijas, pudo comprobar la violencia de la que fue víctima durante el tiempo que estuvo al lado de la estrella de Hollywood. Y el escándalo se destapó. «¿Qué clase de hombre sos? Capaz de golpear a una mujer con tu propia hija en brazos, de romperle los dientes dos veces», se la escucha decir aen el audio al que pudo tener acceso el sitio de noticias Radaronline.com.«Ahora te haces la enojada. Sabías que te lo merecías», le responde un Mel Gibson irreconocible para sus fans, luego de llamarla «cerdo en celo» y de amenazarla con enterrarla «en el jardín de rosas».
De esta manera, Oskana consiguió la prueba que precisaba para demandar al padre de su hija por violencia doméstica y, si todavía no hay una acción legal concreta en su contra, la carrera del actor pende de un hilo: su representante renunció y nadie quiere ser su manager.
Apenas difundida la noticia, las organizaciones de defensa de la mujer y de lucha contra la discriminación hicieron saltar la alarma. Pero sorpresivamente, la actriz y conductora Whoopi Goldberg salió a defender a quien considera su «amigo». «Conozco a Mel, y sé que no es racista», dijo en su programa, The View. «Tengo una amistad de años con Mel. Pueden decir que es un estúpido, pero yo no puedo sentarme y decir que es racista habiendo pasado tiempo con él y mis niños en mi casa», asentó la actriz, y tapándose la boca para no decir una palabrota, repitió una y otra vez: «Sí, es un estúpido». Su defensa pasó luego a referirse concretamente al hecho en el que Mel Gibson lanzó fuertes comentarios antisemitas contra un policía que lo arrestó por conducir ebrio, en 2006: «Lo dijo porque estaba borracho. Y los borrachos dicen estupideces a la gente todo el tiempo. Porque están borrachos, fuera de control. No están pensando. Están idiotizados», argumentó Goldberg.