Algo nunca visto en la historia de Wimbledon, un partido de 10 horas que se suspende por falta de luz.
John Isner, de Estados Unidos y el francés Nicolas Mahut fueron los protagonistas de esta historia que sin duda se quedará para la eternidad.
Los tenistas jugaron un total de exactamente 10 horas: siete horas y seis minutos tan sólo en la quinta manga, suficientes para romper el récord del partido más largo, que era de seis horas 33 minutos, impuesto en el Abierto de Francia en el 2004.
Los jugadores estaban visiblemente cansados, pero no podían parar, incluso ni el marcador electrónico (poco acostumbrado a estas rondas) pudor resistir, se quedó atorado en 47, cuando el marcador ya iba 48, y luego se apagó.
Todas las cifras han sido sorprendentes: jugaron 881 puntos, 612 de ellos en el quinto set. Isner hizo 98 saques as; Mahut, 95.
El partido continuará por falta de luz el día de hoy.