La supermodelo reconoció que tuvo que bajar sus pretensiones por la crisis económica que atraviesa el mundo entero.
La modelo australiana, que gana millones al mes gracias a sus campañas de modelaje y su marca de lencería, tuvo que cambiar el auto por la situación actual.
«Me hice una consumidora consiente. Cambié el auto y hasta podría usar una bicicleta o un Fiat Bambino«, señaló en un reportaje con Wenn.
«Mi única extravagancia es el arte. Invertí en todos los artistas que amo: Lucian Freud, Jean-Michael Basquiat, Tracey Emin y Richard Prince».