A pesar de que las obras de Masaryk nos tiene neurotizados a todos los asiduos, yo me lo he pasado las últimas semanas recorriendo los restaurantes y bares como si nada; la realidad es que sí se puede llegar y no tenemos que sacrificar nuestros placeres polanqueños.
Tanto desde Campos Elíseos, como de Horacio y Homero, podemos acceder a las calles que colindan en Masaryk, y donde los restaurantes han colocado sus valet parkings y hasta personal que nos ayude a llegar a la puerta; este es el caso de Guzina, por ejemplo.
Los restaurantes sin obras
Si bien muchas arterias no se han visto perjudicadas por la obra directa, sí por la fama, y aunque se pueda llegar a ellos, mucha gente no va por el simple hecho de que “está en Polancooo” como si fueran las puertas del infierno. Pero en Campos Elíseos y Julio Verne se puede entrar sin problema y hay dos sitios que están muy hot, el Livorno y Mexi Bocú.
Polanquito no se ha quedado atrás; con la apertura de Mercado Capital en Alejandro Dumas 78 están apostando por el cliente de a pie, y también por quienes todavía llegamos a valetear a Brassi, Bello Puerto, Capri, Anatol y otros restaurantes de la zona. Yo voy cada semana por trabajo, y créanme, llego tan fácil como me voy, y siempre manejando yo.
En Emilio Castelar la vialidad también está libre con su gran oferta de lugares, desde nuestro adorado Japonez, los novedosos Morablanca y Rulfo, hasta los ya tradicionales Spuntino, Ivoire, La Casa Portuguesa, el Jaleo y el Landó (a Le Mat ya no se paran ni las moscas, pero qué le podemos hacer).
El menú Viva Polanco
En mi opinión, el más padre ahora es Mar del Zur de Lalo Palazuelos, quien está ahí todo el día, supervisando que todo salga excelente. Como saben, él es de Acapulco, pero como está muy viajado y es muy inquieto, ha fusionado la cocina acapulqueña con sus gustos particulares en la cocina asiática. Es súper cool este mix y le queda de maravilla.
“Tenemos que recuperar Polanco y no dejar que las obras acaben con la vida en la zona”, dijo Lalo Palazuelos, que nos ofrece un menú de tres tiempos tan sólo por 250 pesos, de aquí a que acabe el año.
Sí, lo leyeron bien. Es un regalo culinario que nos hace uno de los chefs más famosos de México. Se sirve de las 13 a las 18 horas y el menú se compone de los siguientes platos:
Entradas:
Ensalada tailandesa picante de res
Jaiba Gratinada
Chile ancho Sangalaki
Platos fuertes:
Pollito de leche a la talla
Pad Thai, con carne o vegetariano
Pescado fusión, servido en hoja de plátano con salsa de chile de árbol
Postres:
Selva Mex Thai
Soufflé de chocolate
Tulipán de almendras con sorbetes tropicales
Los maridajes de Sandra Fernández
Últimamente, he acudido mucho a Mar del Zur, una de esas ocasiones, fue la cuarta muestra de Vino Mexicano de La Europea con una comida maridada por la experta enóloga y una de mis mujeres favoritas en el mundo del lujo, Sandra Fernández, que armó un maridaje con vinos que apenas están entrando a los restaurantes.
Se trata de Jaak de las Nubes, que lo maridó con atún sellado con ensalada de mango y salsa teriyaki. La otra novedad fue Espacio de bodega La Lomita (aparte, el arte de la etiqueta es divino, súper conceptual, con un rectángulo vacío), es un Chardonnay que degustamos con ensalada de flores silvestres y piña caramelizada.
Sandra nos contaba que es muy difícil encontrar en México vinos ciento por ciento de una misma uva, particularmente, un Merlot; uno de ellos lo tenemos en Casa Madero, que en esta ocasión maridó con una brocheta de codorniz a la talla, con arroz al vapor y plátano frito.
El plato que más disfruté fue la costillita de cordero con reducción de soya mirin y salsa de menta y romero, cuya receta le saqué a Lalo con tirabuzón y que ya empecé a intentarla en mi cocina, con menos éxito, claro. Lo maridamos con el Cabernet Franc de Monte Xanic, que todavía hay en stock (así que corran por el suyo si aún no lo tienen).
La nueva X Trail, para sortear las obras
Justo por eso me animé a conducir la nueva X Trail 2015 de Nissan, para ponerla a prueba en mis noches de prisa polanqueña. Me dispuse a retar a la camioneta con los baches; es más, hasta se subía a las banquetas con piedras a ver qué pasaba.
De entrada, la estacionada no fue un sufrimiento. La X Trail 2015 es más grande que sus predecesoras, pero también más ligera con un diseño de líneas más simples, así que las dimensiones no se sienten como si metieras una gallina gorda en un huacal, como muchas camionetonas. Aparte, tiene una cámara de reversa a 360 grados bastante práctica.
Primera gracia: el anti bache
Ahora, lo más cool de esta camioneta son sus tres nuevas tecnologías. La primera es el Control Activo de Marcha y fue la que superó la prueba del añejo (o de la estacionada sobre las piedritas y otras linduras que le hice a la pobre X Trail), no brinca como carreola en empedrado, porque suaviza el torque.
Esto también lo pude comprobar en el segundo día que fui a Millesimé, a donde me llevó mi chofer, porque ya sabía que aquí, su reina, iba a maridar hasta los puros (ni modo de decirle que no al Elyx del Pollo o a los vinirris de La Europea); bueno, mi chofer no se brinca más topes porque no los encuentra, pero con la nueva X Trail sientes la suspensión flotando; no me lo pasé rebotando, como sería habitual.
Segunda gracia: más estable que un Loubotin
Su otra tecnología es el Freno Activo de Motor, y créanme, en términos de comodidad automotriz es mejor que el chocolate, el vino y un puro juntos (bueno, no tanto, exageré): el motor adivina que quieres frenar y desacelera solo, ¡sí, solito! Es como un chofer integrado, ¡la alternativa al marido al grito de “¡¡¡Frena, frenaaaaaa!!!
Esto es gracias a una cosa que se llama Xtronic CVT que algunos expertos odian porque no los deja ‘domar’ al coche a placer, pero como yo no soy petrolhead le doy las gracias por existir porque quiero comodidad en mi día a día citadino. Este sistema es como un tacón súper alto que no te mata a las dos horas y hasta puedes bailar toda la noche.
Tercera gracia: sus curvas (no) peligrosas
Su tercera tecnología es otro regalo a la utilidad, el Control Activo de Trazo te deja curvear sin que se incline el auto, y sientes que vienes en un coche pegadito al piso. O sea, me volví adicta a las curvas con esta camioneta.
Tampoco sentí la necesidad de cambiar al modo “manual”, con el automático me bastó, porque reacciona muy bien al pisarle, tiene 170 caballos de fuerza y 2.5 litros. Eso se traduce en que jala padre cuando hace falta, y yo siempre tengo prisa.
Interior para un pashá
En cuanto al interior, es súper amplia, tanto en los asiento delanteros como en los asientos traseros; puedes venir cotorreando a gusto, como lo hicimos Jorge Ríos y yo camino a El Imperial, donde Swarovski presentó su colección Elements en colaboración con Cloe. Sólo nos faltaba la mesita con champagne, veníamos felizmente recargados como pashás.
Se las recomiendo ampliamente si les gustan las camionetas y quieren renovar la suya para el 2015. Aguantó la obra de Polanco, la lluvia, a mi chofer el atrabancado, las enormes distancias que diario me aviento del sur al centro y el poniente, y ya ni hablemos de mi pesado, pesadísimo piecito enajenado.
¡Nos leemos la próxima semana!
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