Constantemente recuerdo que mi papá solía decirme: «¡Hija! si no has viajado no has vivido». Entonces, fue de su mano cuando por primera vez viajé a la ciudad de Nueva York. Llegamos al aeropuerto, tomamos el autobús directo a la Estación Central ubicada en Port Athority, en la calle 42 (muy extravagante en aquella época), y, al salir a las calles, mi primera reacción después de haber visto el edificio del «New York Times» fue dirigir mi mirada hacia arriba para admirar el contraste de épocas en la arquitectura con el color del cielo azul, ya que mi viaje lo realicé a principios de marzo casi entrada la primavera, la ciudad comenzaba su proceso de deshielo. Esta ha sido una de las cosas más hermosas que he visto.
Quiero confesar que en ese mismo instante caí profundamente enamorada de Manhattan. Y, desde mi primera visita a la ciudad que nunca duerme, no ha dejado de sorprenderme. Mi última visita no fue la excepción, porque esta vez, fue mi turno mostrar a mis hijos la magia de la “Gran Manzana”.
Entre arquitectura, arte, historia y moda, transcurrieron los días llenos de vanguardia. Días que estoy segura marcarán sus vidas por siempre.
Además de visitar museos de Arte Contemporáneo como el Guggenheim y el MoMa, el Museo de Arte “The Frick Collection” y “The Metropolitan Museum of Art”, dimos un recorrido por el área de “Chelsea Art Galleries”, en donde pudimos apreciar el Arte Conceptual Contemporáneo.
Caminamos de principio a fin “The High Line”, parque lineal de una milla de largo construida sobre el riel del ferrocarril ya en desuso. Durante este paseo, pudimos observar la buena arquitectura y el diseño desde diversos puntos de vista. Admiramos combinaciones imponentes de concreto, madera, materiales nuevos y vegetación que han ido convirtiendo a Manhattan en una ciudad arrolladora y sublime, no sólo en su parte urbana si no también en sus interiores sobrios, elegantes y modernos, ya que mis colegas han utilizando combinación de colores dramáticos y texturas impresionantes. Los muebles y los objetos decorativos han sido perfectamente seleccionados para transmitir la sensación de un “caos ordenado” en donde todo pertenece de forma permanente, debido a que está al libre albedrío de la vista y en todos los sentidos. Así qué teniendo en cuenta el plus de la “Gran Ciudad”, entramos a todos los hoteles, restaurantes y bares que nuestros nos pies permitieron para admirar los interiores llenos de majestuosos mármoles, suntuosas alfombras, magníficos candiles y las hermosas filigranas de bronce que acompañan la mayor parte de pasamanos y puertas.
Visitamos desde los hoteles más antiguos y con historia como el Waldorf Astoria Hotel, The Pierre Hotel y The Plaza Hotel, hasta los más contemporáneos y modernos como el Standar High Line, ACE Hotel, The NoMad Hotel y el Bryant Park Hotel del edificio American Radiator. Recorrimos Noho y Soho de arriba abajo, Greenwich Village y Tribeca.
Y, como en todo buen viaje existe una sorpresa, los tres nos dirigimos al Upper West Side en donde mis hijos y yo acabamos cenando hamburguesas y malteadas en Tom’s, un restaurante al estilo de Jerry Seinfeld, Elaine Benes, Cosmo Kramer y George Costanza.
Coincidimos con varios eventos importantes, entre ellos el «Design Fashion Week» Primavera-Verano 2015 en Manhattan. ¡Los días de pasarela estuvieron lleno diseño, estampados y color! Tres primordiales características que se conjugan y fluyen en formas muy geométricas y de gran contraste para esta temporada. ¡Colores primarios nuevamente! El amarillo, azul y rojo, son la base sobre fondo blanco y negro para portar sus derivados.
En mi opinión, la diseñadora venezolana Carolina Herrera se lleva los aplausos esta temporada, aunque al final del día, todo es relevante y más, estando el la capital del arte, la moda, el diseño y la vanguardia, ya que el hecho es que la tendencia y la moda la marca la misma gente que viste y calza las creaciones de diseñadores de pasarela y underground.
Más aún cierto es, que la moda cambia todos los días.
-Erika Winters-
Soy interiorista, decoradora y restauradora de mobiliario, durante 20 años mi pasión por el trabajo me ha llevado a enriquecer la vida cotidiana con un diseño interior atemporal, sofisticado y chic. En la restauración de mobiliario he encontrado una forma de expresar mi sentir y mi pensar.
Busco crear ambientes desahogados y serenos en lugares urbanos, pues considero que los espacios deben ser personales, prácticos y funcionales.
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