Hace unos meses, la Universidad Latinoamericana me invitó como conferencista para los estudiantes de la licenciatura en Arquitectura de Interiores. El tema que decidí abordar fue el de “Tendencias” y mi conferencia llevo el título de “El Juego de la NO Tendencia en el Interiorismo”.
Quise traerlo a ustedes porque hoy día, en donde aparentemente no existen reglas y todo esta permitido, surgen incógnitas cuando queremos decorar un espacio. Por ejemplo, ¿a qué se le llama vintage y a qué ecléctico?, ¿Cuál es la diferencia entre moderno y contemporáneo? y más importante, ¿qué tendencia o estilo es el que me define como persona, a través del cual podré fluir con mis gustos, apegos y necesidades dentro de mi hogar?
Hoy se hace referencia a que «no hay tendencias«. El tema es interesante, sobre todo, porque es un truco. No hay “no tendencias” porque esa es, precisamente, una tendencia.
Por ejemplo, el estilo vintage está en boga por varias razones y, entre ellas, la reconstrucción de una serie de tendencias que se fueron quedando atrás y que ahora bajo la pátina de la distancia, nos permite comprender con mayor serenidad materiales, técnicas y herramientas que se fueron desechando a favor de lo nuevo. Esto es, obviamente, hasta que agotamos el tema (sólo a nivel de sensación) de la innovación que no es otra cosa que encontrar una nueva aplicación, una nueva solución a los procesos, los materiales y las técnicas. Cosa que seguirá sucediendo mientras exista la sociedad.
Proyecto de Erika Winters “Contadero Decor” fotos de Adrián Ruíz.
Mi opinión es que no hay “no tendencias” y, precisamente, lo que si hay es la tendencia a seguir experimentando de manera más artesanal con la propia visión interiorista, quizá aplicando elementos que recuperan el trabajo de taller, las técnicas antiguas de tratamiento de materiales y formas que se fueron perdiendo por el sentido arrollador de la producción en masa dentro del diseño, integrando no unicamente la función y la calidad de ensamble, sino el factor estético. Hoy en día, todo eso ya está integrado en la producción masiva del estilo interiorista. Una prueba superada que se fue logrando durante el interesante desarrollo estético del siglo XX.
Proyecto de Erika Winters “Contadero Decor” fotos de Adrián Ruíz.
Las nuevas ventanas de oportunidad se abren entre el diseño de altísima calidad y elegancia que sólo puede lograrse en su conjunto dentro de un espacio completo a partir de elementos creados masivamente y de su contraparte; el diseño que replantea (desde una posible perspectiva ecologista) un diseño más artesanal, más buscado para trabajarse como un sastre que crea una única pieza para su cliente, posiblemente irrepetible precisamente por la calidad y el tipo de objetos, materiales, técnicas de recuperación y visión estética del diseñador que ensambla de forma única cada espacio.
Podría replantearse que el diseñador está en el nivel del artista contemporáneo, pero también del artesano del futuro bajo la propuesta de taller culto, como es el caso Louis Vuitton, que lleva casi 200 años de trabajo de taller de artesanía culta que marca moda y tendencia en la actualidad.
Ahora bien, para mí sí hay una tendencia que ambas posturas están realizando, y es la integración de los objetos en un todo. Ya no es el todo ecléctico, donde cada objeto brillaba por sí mismo en un conjunto que podía ser armonioso, pero que se definía por la combinación de formas y de diversos estilos que también exigían al usuario-espectador atención propia.
Proyecto de Erika Winters “Contadero Decor” fotos de Adrián Ruíz.
Hoy, el todo se integra a partir de una compleja combinación de colores, formas y texturas en las que pueden exagerarse los objetos o llevarlos a dimensiones y volúmenes poco usuales, pero que conservan la armonía dentro del caos.
Así mismo, pienso que lo que denota eso es la supremacía y la conquista «definitiva» de los materiales y las formas llevando a los entornos a ser absolutamente moldeables en su elegante exuberancia.
Quizá nos estamos despidiendo de los excesos de la manera más elegante posible, o quizá, sean los excesos los que se niegan a morir a sabiendas que tienen los días contados sino hay un punto que equilibre el feroz consumismo y las capacidades del planeta para ofrecer tanta exuberancia a millones de personas.
Erika Winters
*Soy interiorista, decoradora y restauradora de mobiliario, durante 20 años mi pasión por el trabajo me ha llevado a enriquecer la vida cotidiana con un diseño interior atemporal, sofisticado y chic. En la restauración de mobiliario he encontrado una forma de expresar mi sentir y mi pensar.
Busco crear ambientes desahogados y serenos en lugares urbanos, pues considero que los espacios deben ser personales, prácticos y funcionales.
https://www.facebook.com/ErikaWintersDesign