Un 9 de agosto, exactamente en el año 1962, moría el escritor suizo de origen alemán Hermann Hesse, nacido en 1877 en Calw, Alemania.
Autor de obras magistrales de la literatura universal, entre las que destacan «El lobo estepario», «Siddharta» o «Demian», recibió el Premio Nobel de Literatura en 1946.
Pintor además de novelista, se convirtió en una figura de culto en el mundo occidental, en general, por su celebración del misticismo oriental y la búsqueda del propio yo.
Para recordarlo, te compartimos algunas de sus más recordadas frases:
«No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano».
«La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla».
«Lo blando es más fuerte que lo duro; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia».
«Para que pueda surgir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible».
«Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros».
«Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos».
«Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros».
«La práctica debería ser producto de la reflexión, no al contrario».
«No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos».
«Los libros sólo tienen valor cuando conducen a la vida y le son útiles».
«La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el ensayo de un camino, el boceto de un sendero».
«Hacer versos malos depara más felicidad que leer los versos más bellos».
«He sido un hombre que busca y aun lo sigo siendo, pero ya no busco en las estrellas y en los libros, sino en las enseñanzas de mi sangre.
«Sin el animal que habita dentro de nosostros somos ángeles castrados.
«Cuando alguien que de verdad necesita algo lo encuentra, no es la casualidad quien se lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello.
«Algunos pensamos que lo que nos hace más fuertes es aguantar, pero otras veces es dejarlo estar».