Todo comenzó con un modesto café en Corea del Sur. Allí se desarrolló la visión empresarial de un joven llamado Do Won Chang, o «Don», el hacedor de FOREVER 21, la cadena de tiendas de moda que está en boca de todos.
La misma que acaba de inaugurar en el Centro Histórico de México una nueva tienda, la más grande de Latinoamérica, en una ceremonia que contó con la presencia de Paulina Goto y Diego Amozurrutia, y a la que asistieron más de 3 mil personas.
La historia del empresario coreano es la historia de éxito de miles de emprendedores que un día decide dejar su país para buscar su «sueño americano». Y vaya si lo ha concretado.
Nació el 20 de marzo de 1954, y siendo muy joven abrió el primer café de Seúl, su ciudad natal, que ofrecía -además- un servicio de entrega de jugos naturales en el barrio Myungdon, una de las modernas zonas de la ciudad.
Pero Don tenía otros sueños, y junto a su esposa Jin Sook emigraron en 1981 hacia Estados Unidos, donde él consiguió tres trabajos: empleado en una gasolinera, camarero en una cafetería y portero por las noches.
La gasolinera fue su gran inspiración, la que despertó en él la idea de la moda. ¿Cómo? Observando, ya que se dio cuenta que los empresarios de la moda eran los que mejores carros traían, y decidió que ese debería ser su objetivo.
Así, y gracias a acuerdos que hizo con varias fábricas de ropa coreanas de la zona, abrió su primera tienda en 1984. Su nombre original fue diferente al de hoy: se llamó Fashion 21, y estaba ubicada en una zona de clase trabajadora en Highland Park.
Sin demasiados recursos, Chang compró una pequeña tienda, que ofreció a los pocos visitante una atención casi perfecta, música de moda y uno de los sellos distintivos de FOREVER 21: las luces brillantes. También blusas de tubo y minis, y la fórmula dio resultado entre las más jóvenes.
Las adolescentes deseosas de vestir a la última moda impulsaron a FOREVER 21 a franquiciar sus negocios bajo el nombre que hoy es mundialmente conocido. Y fue hasta 1995 que abrió su segunda tienda en Miami, llegando a más de 100 localidades hacia los años 2000.
A las blusas de tubo y las minis se añadieron otros diseños más sofisticados, llegando a un público más amplio y más adulto, hacia 2010 eran más de 400 tiendas en todo el mundo, incluyendo Francia, Inglaterra, China, Japón y varios países de Medio Oriente.
El próximo paso fue incorporar ropa de baño, toallas y hasta artículos para el hogar. Aunque nunca perdió el concepto de negocio familiar, ya que su esposa elige personalmente los diseños y las telas, su hija menor se encarga de las compras y la mayor del marketing.
Según la revista Forbes, la fortuna de Don Chang y su esposa llega a los 4 billones de dólares. Parte de sus ingresos millonarios va a la fundación creada por ambos, que ha ayudado a personas necesitadas en su Corea del Norte natal, además de víctimas del terremoto en Japón o las inundaciones en Paquistán.