Imposible que un modesto orfebre griego pudiese imaginar que su nombre, muchos años después, sería todo un icono de la moda y el lujo.
Nada de lo que ocurriría después soñó Sotirio Bvlgari cuando emigró junto a sus dos hijos -Constantino y Giorgi- de su Grecia natal, hacia su destino final: Italia.
Fue en Roma donde se instaló en 1905, más exactamente en el número 10 de la Via dei Condotti, una de las mayores arterias comerciales de la ciudad fundada por Rómulo y Remo.
Allí comenzó todo, o al menos una parte de la historia de una de las marcas de joyas más distinguidas del planeta. Tanto que el mismísimo Andy Warhol, el artista más importante de la segunda parte del siglo XX, dijo de ella: “Cuando estoy en Roma voy a visitar Bvlgari porque es el museo de arte contemporáneo más importante”.
No llamó la atención que la calidad de sus creaciones convirtiesen a la casa en una de las más populares de la capital, haciendo un culto del lujo desenfadado, lo que atrajo la atención de celebrities como la Princesa de Mónaco o el actor Gary Cooper.
La muerte sorprendió al patriarca Sotirius en 1934, quedando sus hijos al mando de la empresa, quienes amplían la tienda de Via Condotti.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Constantino Bvlgari tomó contacto con los estudios Cinecittá en Roma, lo que produjo un desfile de auténticas celebridades por su tienda, como fue el caso de Gina Lollobrigida, Marlene Dietrich, Elizabeth Taylor, Clarke Gable, Sophia Lore o Audrey Hepburn, entre otros.
Salir al mundo
Sin embargo, fue entre los ´70 y el nuevo siglo cuando la firma comenzó su etapa de expansión internacional, inaugurando tiendas en Montecarlo, París, Ginebra y Nueva York, en el hotel The Pierre de la ciudad estadounidense.
Consolidada y expandida la sección de joyas de lujo, en los años ´90 Bvlgari lanza su línea de perfumes, con tanto éxito que en 1995 la firma cotizó en la Bolsa de Valores italiana.
El próximo paso sería el mercado hotelero. Para ello, se une a la cadena Marriot International en 2001 para crear Bvlgari Hotels & Resorts, cuyos hoteles fueron operados por el Grupo Luxury.
El primer hotel del recientemente creado conglomerado fue abierto en Milán en 2004, y el segundo dos años después en la isla de Bali, y que fue elegido en el segundo puesto de la clasificación de los mejores hoteles de Asia por los lectores de la revista Smart Travel Asia Magazine.
A partir de 2011 el grupo LVMH adquiere gran parte del paquete accionario de Bvlgari, cuyos creativos pasan a ocupar la dirección del área de relojes y joyería, que cuenta con 180 puntos de venta propios para 2012.
La relación de Bvlgari con el lujo y la moda sigue intacta, con Kirsten Dunst como imagen del perfume Mon Jasmin Noir o Carla Bruni protagonizando la campaña de la firma, además de la actriz Rachel Weiz como embajadora de la firma.
Y siempre con la icónica elipse como uno de los símbolos indelebles de la casa, que comenzó a hacerse famosa en sus colecciones nacidas desde los años sesenta.
Bvlgari no sólo es sinónimo de lujo extremo, de singularidad, de creatividad, sino que también ha popularizado el uso del oro amarillo, combinando -además- piezas antiguas con las más modernas creaciones.