Todo comenzó con una pelota de trapo, o de tiento. La historia de los balones de futbol se remonta al inicio mismo de la historia de los Mundiales, con su primer entrega allá por el año 1930. Fue en Uruguay, y el campeón fue el local, que le ganó la final a su vecina Argentina.
El balón oficial de Uruguay 1930 era de cuero rellenado con una vejiga, para darle consistencia. Se utilizaron dos: uno argentino de 12 paneles con gajos rectangulares, con el que se jugó el primer tiempo de la final. El complemento se disputó con una pelota de cuero uruguaya, también con vejiga interior.
En Italia 1934 apareció el Federale 102, mientras que en Francia 1938 se usó el Allen, cuya vejiga fue reemplazada por una válvula inflable a través de un pico, por lo que no era necesario descoser el cuero para inflar la pelota.
Luego de la II Guerra Mundial, el balón oficial para Brasil 1950 fue el Super Ball Duplo T, también con pico, mientras que el Swiss World Champion fue el balón de Suiza 1954. Su característica principal fueron sus gajos en forma de «T».
En Suecia 1958 aparece el Top Star, manteniendo las características de la pelota del pasado Mundial, mientras que Chile 1962 presentó al Crack, que aumenta a 18 el número de paneles, transformándolo en una esfera regular.
El Slazenger Challenge hizo su aparición en Inglaterra 1966, que significó el regreso de los gajos rectangulares de color amarillo, blanco y naranja.
México 1970 marca la irrupción de Adidas como fabricante del balón oficial con su Telstar, el antecedente inmediato de los actuales balones. Era de cuero y con 32 gajos poligonales blancos y negros cosidos a mano.
Para Alemania 1974 Adidas presenta el Telstar Durlast, que conservaba la forma del modelo «mexicano». Sólo se modificó el color de las letras impresas, que pasaron de doradas a negras, mientras que los hectágonos continuaron siendo blancos.
Por su parte, en Argentina 1978 se presenta el Tango, que se utilizó como modelo para los siguientes diseños y presentaba motivos en sus gajos.
España 1982 estrenó el Tango España, con características impermeables gracias a la combinación de cuero y poliuretano en su confección.
El Azteca fue el protagonista de México 1986, que tuvo la característica de ser el primer balón totalmente sintético, por lo que se redujo su aborción de agua.
En Italia 1990 el balón oficial llevó el nombre de Etrusco Único, con una capa interna de espuma negra de poliuretano que lo hizo más veloz, y mostraba imágenes del león etrusco en sus triángulos.
Para el Mundial de Estados Unidos 1994 Adidas lanza Questra, compacto por fuera y con espuma blanca de poliuretano por dentro, lo que aportaba gran recuperación energética. Además tenía espuma de polietileno, mallas de fibra trenzadas y mallas de estabilidad.
Francia 1998 estrena el Tricolore, con algunas características similares al Questra y con micro-burbujas llenas de gas, cerradas y resistentes, con exterior en poliuretano.
En Corea-Japón 2002 hace su aparición el Fevernova, cuyo diseño exterior se inspiró en la cultura de los países anfitriones. Tenía tres capas tejidas que le daban un vuelo más preciso
El +Teamgeist y el Teamgeist Berlín fueron los balones oficiales de Alemania 2006, con menos gajos que sus antecesores y con una superficie más suave para ejecutar remates.
En tanto, en Sudáfrica 2010 fue el Jabulani el protagonista, totalmente esférico y muy difícil de controlar, según testimonio de jugadores (especialmente porteros). Tenía una capa de supercarbonato que, en teoría, debía ayudar a controlar y precisar los disparos.
Hasta llegar, finalmente, al Mundial de Brasil 2014, que comenzará en pocas horas. Allí nos encontraremos con el Brazuca, con sus seis paneles de poliuretano que se unen para mantener el mismo peso y la misma redondez, incluso en la lluvia. La vejiga de la pelota Brazuca está hecha de látex y proporciona la recuperación deseada.