Como siempre que José Cuervo lanza una de sus marcas propias o de distribución, lo hicieron a lo grande. Rodrigo Braun tiró la casa por la ventana para presentar en México las etiquetas de su whisky estelar Macallan, de la serie 1824. Se trata de Amber y Ruby, el primero para disfrutar de la mezcla y el coctel, y el segundo para degustarse en solitario.
Hubo dos elegantísimas cenas, una en el Museo Tamayo, en el restaurante del recinto, con un recorrido previo por la exhibición de Matt Mullican, artista que además estará presente el 2 de abril para dar conferencia sobre su obra, a la que muy atento miraba Juan Carlos Canales, directivo de la casa Cuervo.
Pero no conformes con ello, organizaron otra cena la noche siguiente en Estudio Millesimé, donde personalidades como Rodrigo Rivero Lake, Marcela Aguilar, las editoras expertas en lujo Lucía Alarcón, Jess Pacheco, Añú Cervantes y Ricardo Domínguez, consejero en Estilocracia, acudieron a conocer las novedades.
En ambas presentaciones, el embajador global de la marca, Charlie Whitfield, encabezó una cata, y lo que más me gustó de todo, además de habernos explicado las notas del whisky, fue haber dicho simplemente que, aunque Macallan conserva a sus fans mayores y distinguidos (hombres de experiencia), también apela a la sofisticación de los jóvenes, “que pueden coexistir en un universo de pasión por el sabor y el placer de un sigle malt con carácter”.
Charlie me contaba que la idea que tiene como embajador es ayudar a esos jóvenes a conocer el whisky de una forma amable, “y no empezando con los sabores ahumados, que son para bebedores con experiencia”.
Por eso mismo Amber y Ruby se colocan como una excelente primera opción para adentrarse en este mundillo del buen beber, así como para las chicas que no gustan de sabores muy robustos.
La propia esposa de Charlie es testigo de esto, porque le propuso matrimonio con un hermoso anillo y una botella de Macallan que se tomaron en el romanticismo que evoca la nieve, hace cinco años ya. Ay, el amor y el lujo son tan maravillosos cuando van juntos. Suspiro.
Por cierto, que la cena estuvo a cargo del chef residente de Millesimé, Oscar Portal, muy esmerado en la mesa de honor, donde todo el mundo le preguntó “¿qué es un changurro?” Porque el segundo tiempo de su menú era un Ravioli de changurro con caldo de mejillones y manzanilla.
Bueno, pues es un spider crab, txangurro de buey, o como le llamamos en México: jaiba. Es una variante de la misma especie, lo que nos explico el chef es que en México no se nos da el changurro de patas largas, específicamente, en toda nuestra vasta extensión territorial costera. Bueno, solo por ausencia le diré que sí a una jaibita con salsita y limón, como consuelo por ser el patito feo de la familia changurrera.
En fin, que estaba deliciosa y sabía a gloria. Pero lo que más gustó fue el asado ahumado de ternera con canelón de ajo y cebolletas, maridado con Ruby, y que se tarda en cocerse nada menos que 40 horas. Por si creían que el volteado de piña era difícil, chicas Je je je.
¡Feliz aniversario Beef Bar!
Beef Bar celebró un aniversario más en Camino Real Polanco y lo hizo con una espectacular convocatoria por parte de Diana Miller, quien lució igual de espectacular en la gran noche de su restaurante.
Entre los invitados había tres hombres que no daban el dress code; por supuesto que atrajeron las miradas de los elegantes invitados, pero fueron pocos los que se dieron cuenta de que se trataba de los rockeros del grupo estadounidense Nine Inch Nails que vinieron a la primera tarde del festival Vive Latino.
Fue tan divertido verlos mezclados entre la socialité, departiendo con invitados como el director de operaciones del hotel, Dominique Vanden Broeck, Mariana H y mi amigo James Mansfield, que los reconocieron en seguida.
Primero, he de decirlo, uno de ellos se intentó ligar a Mariana. Pero una vez evidenciados, intentaron hacerse los desentenditos y seguir la fiesta; tomaron unos buenos whiskys, disfrutaron su anonimato (jejeje, bueno, el look no ayudaba mucho en ello), platicaron con las guapas de la fiesta y se fueron a eso de la media noche. O sea, ellos muy chic, del Vive a Camino Real, donde obvio, se hospedaron.
Estuvieron también la hermosa Guadalupe Artigas de Ramos Cárdenas, Adriana Vargas con Ana Cristina Fox, Raúl Sayrols y Carol Hanono, los periodistas Ana María Salazar y Francisco Zea, la conductora Joana Vega Biestro, Déby y Charles Beard, Óscar Román, Juan José Origel, la diseñadora Delia González, Beto Moheno y muchos invitados más. También llegó María Amelia Aguilar, pero se retiró temprano, luego de cenar con su familia.
La verdad estuvo de gran ambiente, con excelente servicio y atención, culminadas con los ríos de champagne Moët Chandon en medio de una explosión de papeles espejo, muy divertidos. Muchas felicidades y que siga triunfando como el gran lugar de los grandes encuentros políticos y empresariales de Polanco, que es su target cotidiano.
Gran Gatsby zzzzzzz
Fue la fiesta de lanzamiento de Torres 15 en el nuevo Mono y también la del vigésimo aniversario del noticiero Hechos de TV Azteca. Ah, y en EUA la cantante Ashlee Simpson hizo su fiesta de compromiso con su nuevo galán Evan Ross.
No, no lo digo al azar. Porque estas fiestas aparentemente distintas tienen algo muy en común: ¡Que fueron con temática del Gran Gatsby…¡otra veeeeez! Ya se estrenó hace un año y seguimos con esa estética, que además, está potencializada al mil porque al director de la película, Baz Luhrmann, le gusta exagerar todo… o sea, nadie se vestía de trajes rosados entre la socialité neoyorquina de los años 20.
Pero en fin, síganle con eso. Flojera mil. ¿Se pondrá de moda Cabaret ahora que Sam Menes regresa con su magistral adaptación a Broadway? Síiii, ya quiero ver Sally Bowles rubias por todas las fiestas de aquí a dos años (NOT).
Mientras tanto, ¡nos leemos la próxima semana!